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No cabe duda que no se puede andar bromeando con las leyes rusas, sobre todo las que atañen a la Iglesia Ortodoxa. Muestra de ello es el caso del joven Ruslan Skolovsky, quien fue condenado a tres años y medio de prisión por jugar Pokémon Go en una iglesia.
A mediados de 2016, el bloguero subió un video en el que se ve cómo juega la famosa aplicación para cazar “monstruos” en una iglesia donde se cree fue asesinado el último zar de Rusia.
La juez Yekaterina Shoponyak declaró a Skolovsky, detenido desde octubre pasado, culpable de “incitar al odio religioso”, por lo que le impuso la pena de tres años y medio tras las rejas.
“El comportamiento del acusado demostraba su falta de respeto por la sociedad. Pretendía ofender los sentimientos religiosos”, afirmó la juez.
La sentencia de Skolovsky es muy similar a la que sufrieron las integrantes del colectivo punk Pussy Riot en 2012, quienes pasaron dos años en una prisión rusa por tocar una de sus canciones en el interior de una iglesia, reportó Excélsior.
