Instalaciones educativas seguras, pedimento de padres de familia

Instalaciones educativas seguras, pedimento de padres de familia

Foto: Ángel Trinidad

Conforme avanzan los días, después del sismo, todo es incertidumbre en las familias poblanas. La preocupación es por partida triple en el asunto de la educación.

 

Por un lado, sin fecha exacta para el regreso a clases de los estudiantes. Por otro, después de lo ocurrido en la escuela Enrique Rébsamen de la ciudad de México, donde murieron 19 estudiantes, la seguridad estructural que brindan las instalaciones educativas a los alumnos en un fenómeno natural como el ocurrido el pasado martes.

 

Y, por último, al no haber clases, surge la preocupación de los padres para el cuidado de los pequeños, principalmente en aquellas familias donde ambos trabajan.

 

Imagen Poblana salió a las calles de la capital para conocer de viva voz la opinión de los padres de familia ante este panorama, que se vislumbra incierto.

 

Para la familia Pérez Tobón, la preocupación se centra en el tema de la seguridad estructural de las instituciones educativas. “A nosotros lo que más nos preocupa son las instalaciones, no es que seamos aves de mal agüero, pero tenemos mucho temor del lugar a donde dejamos a nuestros hijos a estudiar”. Los hijos de esta familia estudian en la escuela primaria El Chamizal, donde aseguran no hubo daños; sin embargo, “el temor siempre estará presente, después de lo ocurrido”.

 

Por otro lado, a casi una semana que se suspendieron las actividades escolares, hay familias en donde padre y madre tienen que trabajar, y ya se agotaron los familiares en donde “hospedar” a sus hijos por algunas horas, mientras cumplen con su jornada laboral.

 

Tal es el caso de la familia encabezada por Luis y Bety, quienes ambos trabajan y tienen que recurrir a algunos familiares para “encargar” a sus hijos, mientras no haya fecha de regreso a clases.

 

“Sí es un tema que nos preocupa, mis hijos andan de acá para allá porque no hay quien nos los cuide por las mañanas. Pedí permiso, para ver a mis hijos, pero solo nos dieron unos días a mi esposo y a mí. Sí nos urge que regresen a clases, pero lo más importante es que las escuelas estén en buenas condiciones, creo que es lo más importante”, señala Bety, quien no deja de lado la angustia reflejada en su rostro.

 

Jessy, madre soltera de un pequeño que estudia el primer grado de primaria, manifiesta que es grande su preocupación, que inició desde el instante mismo del sismo, ya que la escuela de su hijo le queda a 30 minutos de distancia de su centro de trabajo.

 

“Para mí fue una eternidad, regularmente hago 30 minutos en llegar con mi hijo, ese día fue una hora la que me hice para llegar hasta él, una hora llena de angustia. Ya no regresé a trabajar, pero no puedo dejar de hacerlo, soy el único sostén de mi hijo. No tengo con quien dejarlo, lo llevo conmigo al trabajo, pero se aburre”.

 

En este ejercicio periodístico, entrevistamos a 20 padres de familia, las preocupaciones se centran en estos tres temas, cuya constante fue seguridad a la vida de sus pequeños. Si bien es cierto, que la vida no la tenemos asegurada, también es cierto que en momentos como el acontecido el 19 de septiembre los segundos son claves y esos segundos se duplican si las instalaciones de una escuela están en óptimas condiciones.

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