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Una despedida llena de nostalgia, tristeza, llanto, festejo, porras, cantos y selfies fue la que se vivió sobre la calle que da acceso a la entrada del hospital de San Alejandro.
Cientos de trabajadores, extrabajadores, jubilados, personas que guardan un recuerdo de este nosocomio, se dieron cita desde las 9 de la mañana para despedir "al guerrero", como muchos lo nombraron, y que en esta ocasión no resistió los efectos del sismo del martes pasado.
En punto de las 10:10 de la mañana, los presentes ofrecieron un minuto de aplausos, al que en alguna ocasión fue su centro de trabajo. Posteriormente, entonaron las estrofas del Himno Nacional como se ha hecho costumbre en puntos o zonas de derrumbe.
Una ambulancia con la torreta encendida se abrió paso entre la multitud, lo cual arrancó los aplausos y las lágrimas de algunos de los presentes, mientras un grupo de enfermeras organizaron la colecta para despedir al hospital con mariachi.
