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Tras 54 días de campaña, prácticamente han recorrido todo el camino los tres candidatos a la gubernatura de Puebla; sin embargo, aún tienen pendientes que saldar en los últimos días de la contienda extraordinaria de cara a los comicios del 2 de junio.
Pese a que difícilmente habrá cambios en la preferencia del voto entre los poblanos a 10 días de que se desarrolle la jornada electoral, no será sino hasta el miércoles cuando los abanderados a Casa Puebla terminen sus actividades proselitistas, abriendo la puerta a sus últimos pendientes antes de cerrar su camino.
Por un lado, Miguel Barbosa Huerta, quien lidera las preferencias electorales, tiene todavía el pendiente de cerrar en la mixteca poblana, zona donde sus números son más bajos que en otros lados del estado.
Asimismo, rescatar más eventos en la capital para llegar a los 100 que prometió en las primeras semanas de campaña y con ello, atenuar el rechazo que hay de un sector de los habitantes de la zona metropolitana hacia los nuevos gobiernos morenistas.
Lo anterior no sin antes mostrar su músculo político en el cierre de campaña este domingo, donde si bien se espera la presencia de un gran número de asistentes, no puede dejar lugar a críticas o a ataques de sus contrincantes, por lo que la cantidad de personas no puede ser menor a los 80,000 prometidos.
En el caso de Enrique Cárdenas, todavía a una semana de campaña, mantiene un cúmulo de asuntos por explicar en cuanto a su patrimonio y a la reciente acusación en su contra por acoso sexual, así como convencer a los cuadros partidistas y a quienes lo ven como candidato ciudadano, pero no se adhieren a su proyecto por tener el respaldo del PAN.
El exrector de la UDLAP no ha tenido un solo evento masivo en toda la campaña; lo más cercano ha sido un mitin en Venustiano Carranza donde junto cerca de 1000 personas; sin embargo, no ha podido concretar la imagen de un candidato fuerte que pueda ganar el 2 de junio.
Eso más la petición a que ofrezca disculpas a los medios de comunicación con los que se ha molestado y a los que ha agredido en las últimas semanas.
En el caso del PRI, la situación no cambiaría mucho en esta semana, ya que la campaña de Alberto Jiménez Merino terminó en el plano mediático cuando surgió la acusación contra el exgobernador Mario Marín Torres, y quien fuera jefe del actual candidato.
Ese desmarque que nunca convenció marcó su carrera al 2 de junio, ya que a partir de ahí se escondió en el interior del estado sin ofrecer mayor batalla a los otros dos candidatos.
En tanto, su pendiente será recibir en un evento multitudinario el apoyo de los principales cuadros nacionales del PRI, que también lo han abandonado bajo la sospecha que en realidad están operando para otros candidatos en la entidad.
