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Corea del Sur y Corea del Norte disputaron un partido histórico, pues es el primero que juegan en Pyongyang en 30 años. Sin embargo, en este encuentro, considerado “fantasma”, los aficionados se quedaron con las ganas de asistir al estadio o verlo por televisión debido a las normas de seguridad del régimen norcoreano.
Ambas selecciones, que están en guerra desde hace casi 70 años, empataron sin goles en el estadio Kim II-sung de la capital de Corea del Norte, en un juego correspondiente a la segunda ronda clasificatoria en Asia para el Mundial de 2010.
En Corea del Norte acostumbran no transmitir los partidos de su selección en vivo, pero se pensó que este sería la excepción por tratarse del primer encuentro intercoreano en suelo norteño desde octubre de 1990.
El país gobernado por Kim Jong-Un endureció su postura ante Corea del Sur ante la falta de avances en las negociaciones sobre desnuclearización con Estados Unidos, socio de Seúl. Por tal motivo, Corea del Norte solo expidió visados para jugadores y cuerpo técnico, dejando de lado a los aficionados, periodistas o equipos de transmisión televisiva.
Este no fue el caso para el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, quien sí estuvo presente en uno de los palcos del estadio.
La información de lo que acontecía en el partido llegó con 15 minutos de retraso por medio de Twitter y páginas de la KFA, de la FIFA y la confederación asiática.
Solo queda esperar a que Corea del Norte le entregue a la del Sur un DVD con las acciones del juego, tal y como lo prometió. Así, este triste y solitario partido solo sirvió para exponerle al mundo la grieta que tiene partidas a las dos Coreas desde 1945, reportó El Mundo.
