Kioscos subsisten del porno y las revistas del corazón

Kioscos subsisten del porno y las revistas del corazón

Foto: Ángel Trinidad
“Vivimos casi casi de las revistas porno”, bromea una de las vendedoras de periódicos del centro de la ciudad. Las revistas de estilo para mujeres y varones, Proceso y algunos diarios nacionales son los principales sostenedores de los kioscos de venta de periódicos y revistas. La extinción de los voceadores puede mirarse en el horizonte ante el arribo de la era digital.   “Cada vez compran menos. Las revistas de adulto no decaen. Las compran desde chavitos hasta señores, trabajadores y obreros. Esperemos que no dejen de comprar, pues eso nos sostiene”, comenta una de las vendedoras que, como familia, mantiene uno de los kioscos de periódicos y revistas más emblemáticos de la ciudad, el ubicado en el Templo de Santa Clara, en la 2 norte y 6 poniente.   En Estados Unidos, entre 2000 y 2004, desaparecieron más de 2,000 empleos en la prensa escrita, lo que representa un 4 % del total hasta entonces. La caída persiste y en 2009 el índice de despidos en este país creció aún más.   Un estudio del Donald W. Reynolds Journalism Institute reveló que las suscripciones a periódicos impresos en Estados Unidos redujo más de 2.0 % entre el primer trimestre de 2012 y el mismo periodo de 2013, y la tendencia sigue a la baja.   En México no hay tantos estudios de los diarios como en Estados Unidos, pero las investigaciones sobre los medios de comunicación en aquel país son más detalladas. Una de estas indica que la venta de publicidad en papel y la venta de ejemplares representan 68 % del total de los ingresos de los diarios nacionales y un 80 % en los periódicos regionales.   En este contexto la gratuidad no es opción para los grandes consorcios. Antes The New York Times ofrecía sin pago su información en su página de internet, pero ante la caída de ventas la web gratuita de The Times fue cerrada. La medida tampoco ayudó al diario, pues perdió hasta un 90 % de lectores.   Esta circunstancias que ocurrieron en la Unión Americana desde hace tres a cinco años, ahora ocurren en Puebla. Los kioscos de periódicos y revistas ya no ofrecen la misma cantidad de diarios. Los medios pequeños fueron los primeros en desaparecer.   Diarios como ABC, aquel que tenía un águila por logotipo; Despertar, en tonos azules; el semanario Siete Días, solo por mencionar tres de las decenas de pequeños periódicos impresos que antes pululaban, ahora no aparecen expuestos por los vendedores.   La ciudad de Puebla es una de las más pobladas del país y es un centro de economía empresarial en el sector automotriz y de la industria de la transformación. Además, está entre las de mayor actividad digital, pues ocupa los primeros lugares del país en cuanto a usuarios de Twitter y Facebook, según el último informe nacional de internet en México.   Por tales razones, el fenómeno de la caída de los medios de comunicación impresos en Puebla puede observarse como una prueba piloto de lo que ocurrirá en el resto del país conforme la era digital avance.   - Vendemos muchas revistas. Las de H se venden bien, pero más las de H Extremo. Cada vez que una famosa se encuera las cosas van bien para nosotros- comenta una de las vendedoras de diarios.   -¿Y los periódicos?- pregunta Imagen Poblana.   - Ay no joven, esos ya ni se venden. Los grandes sí –y señala hacia donde están expuestas las portadas de las secciones de Excélsior, El Universal y El Sol de Puebla-, pero ya los chiquitos, ¿se acuerda?, ya ni los hacen. ¿Para cuál trabaja usted?   - Para Imagen Poblana, es un portal informativo en internet.   - Ya ve, por eso tenemos que vender porno- dice la voceadora con una risa amarga-, y también ahí, pues ya hay videos ¿no?   La crisis de los medios de comunicación no solo radica en las ventas, sino en el grado de influencia y penetración. Muchos de los periódicos locales de tamaño menor que aún se imprimen son distribuidos en oficinas gubernamentales o académicas.   La Opinión Universitaria, por ejemplo, es expuesta en algunas de las salas de espera de las distintas oficinas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, también es entregada de manera gratuita y durante la campaña electoral pasada sirvió para el apoyo y difusión de material gráfico a favor del ex candidato de la coalición 5 de Mayo, Enrique Agüera.   Hasta hace tres años, los diarios más pequeños en la capital ejecutaban una estrategia similar en cuanto a distribución. De manera gratuita eran llevados a dependencias de gobierno, oficinas municipales, universitarias y los cafés del centro de la ciudad y de la zona de Angelópolis ejemplares de diarios pequeños que ahora han desaparecido.   También el comportamiento del lector ha cambiado. La llegada de los teléfonos inteligentes con planes de datos desde hace años, pero con un particular crecimiento desde 2010, implica que los poblanos utilicen en absoluto su equipo para revisar información, más aún cuando esta llega a través de las redes sociales.   En Estados Unidos, 64 % de los adultos usa Facebook, y de éstos el 30 % consume noticias a través de la red social. Sin embargo, destaca que 78 % ve noticias en Facebook cuando está en la red social haciendo otras actividades; y ya para 4.0 % es la forma más importante de consumir noticias.   Un reciente reporte de Pew Research Center, ejecutado en colaboración con la Fundación John S. y James L. Knight, detalla que Facebook es una red social utilizada por las personas para estar informada sobre las noticias más relevantes. ¿Así, quién elegiría en una sala de espera al periódico con las noticias de ayer o antier, cuando puede consultarlas en su teléfono móvil?   El número de voceadores ha disminuido. En Puebla, uno de los vendedores de diarios impresos más emblemáticos es el anciano que de lunes a sábado se establece en la avenida 2 Oriente y Bulevar 5 de Mayo. Tapándose con el jorongo del desaparecido Diario Transición, ofrece periódicos. No siempre los nacionales o los más grandes locales. Muchas veces recurre a la recolección de los diarios gratuitos para venderlos. “El de hoy está bueno joven”, ofrece a conductores.   Sobre la misma calle hay kioscos que dirigen hacia el zócalo. Los vitrales de estos pequeños puestos de periódicos muestran revistas pornográficas, del corazón y de mujeres semidesnudas. Menos de 10 firmas de diarios.   “Qué quiere joven, es lo que vendemos. Me preguntan por el TV y Novelas cuando me ven que yo lo leo. O llegan los chavos de la escuela y compran de esas revistas de japonesas, de caricaturas pues, pero de chicas encueradas. Yo la verdad vendo todo porque si no de qué subsisto”, dice la señora que con sus rollizas manos acomoda algunos textos. Son las 9:00 de la mañana del domingo y la venta de revistas está por incrementar.
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