
La era tecnológica ha alcanzado a todos. En Internet podemos encontrar desde restaurantes hasta el oficio más viejo del mundo: la prostitución.
Sin restricción, cientos de chicas anuncian en la web los servicios que ofrecen. Algunas páginas incluso están disfrazadas de un simple negocio de masajes, el cual constantemente está solicitando personal con o sin experiencia.
En estos negocios, como es de esperarse, solo basta enviar un inbox para que aparezca el verdadero giro comercial.
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