¿Un chapuzón a 50°C bajo cero?

¿Un chapuzón a 50°C bajo cero?

El 2018 llegó a Siberia con unas temperaturas extremadamente bajas incluso para esta región. Pero lejos de ahuyentar a los visitantes, cientos de turistas de todo el mundo se dirigen al punto habitado más frío de la Tierra... para darse un chapuzón.

 

 

Algunos termómetros del pueblo de Oimiakón, en la región de Yakutia, alcanzaron los 67°C bajo cero. Y mientras los habitantes locales se cubren de pies a cabeza con varias capas de abrigos, turistas de la propia Rusia, China y Alemania se retan a darse un chapuzón en las aguas de los riachuelos cercanos a la localidad.

 

Estas aguas en realidad son mucho más cálidas que el aire a su alrededor, ya que sus manantiales brotan de cursos subterráneos que no se congelan ni siquiera en la época invernal.

 

Las tierras aledañas al pueblo de Oimiakón son uno de los pocos lugares de nuestro planeta con una amplitud de temperaturas superior a los 100°C. En el invierno de 1938 se detectó una temperatura récord de –77°C, mientras que en verano de 2010 el aire se calentó hasta los 33°C positivos.

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