
Los niños de ahora viven en la época de la inmediatez y el mínimo esfuerzo, tocan un botón y ya tienen toda la información, quieren comida y en media hora la tienen a la puerta, aumentando la cultura del consumismo; pero también vivimos en la época de los padres obedientes, en la cual el tratar como rey o reina los hijos no implica que los papás sean sus súbditos.
En entrevista con Imagen Poblana, la especialista Ivonne Torres, argumentó que la formación del carácter empieza a ser conquistado en el hogar, “el ejemplo de los padres modela las virtudes esenciales de la moral; por tanto, es en el hogar donde el niño empieza a cultivar su inteligencia moral y su formación del carácter y, por ello, necesita modelos sólidos, como sus padres, para que pueda crecer y desarrollar al máximo sus capacidades cognitivas e intelectuales, físicas, emocionales, éticas y morales”.
Indicó que en años anteriores, cuando el niño decía que estaba aburrido, lo mandaban a leer un libro, cuando no quería comer a la hora de la comida lo dejaban sin comer hasta la cena, “porque nuestros padres eran guías, no payasos y las casas eran hogares, no restaurantes; entonces, la disciplina con amor es la clave del éxito en la crianza”.
La especialista expresó que quienes tienen la fortuna de ser padres seguramente saben lo complicado y desesperante que es el tener que calmar a un niño cuando está enojado, llorando o haciendo berrinche.
“La mayoría no está seguro de lo que en realidad desea o simplemente no se toman el tiempo de averiguarlo y lo que más fácil se les hace, es darles algo para que se entretengan y dejen ese comportamiento desquiciante. Entonces, el menor empieza a aprender esos patrones de comportamiento, que cuando desea algo y no se lo dan hace berrinches hasta obtenerlo, y prácticamente ordena a sus padres que le cumplan el deseo, si no saben las consecuencias; es ahí donde aparecen los padres obedientes”.
Desgraciadamente –dijo- en la actualidad lo que hacen los padres es prestarle el celular o la tableta, sin darse cuenta que están afectando gravemente el desarrollo de personalidad de sus hijos.
Mencionó que se ser padres nunca será fácil, pero sería bueno practicar más la paternidad y estrechar lazos con los menores, y no alejarlos con esas acciones que, a la larga, con su práctica podría causar un daño irreversible en ellos.
“Desafortunadamente, cada vez son más los padres que recurren a esta ‘solución’: cuando ya no saben qué hacer con la actitud de sus hijos, se rinden y optan por la salida fácil; sin embargo, ignorar que este acto de rendición solo traerá consecuencias que no están visualizando hoy”, sentenció.