
En los últimos años, el llamado Clásico de Clásicos entre las Chivas Rayadas del Guadalajara y las Águilas del América ha perdido color y se ha convertido en un juego en el que ambas instituciones prefieren solo no perder.
Ejemplo fue la edición del “Superclásico” jugada el sábado, donde se pudo ver a un par de equipos más preocupados por no dejar jugar al rival que en buscar la portería contraria para poderse llevar los tres puntos.