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La actual sede del Congreso del Estado es segura para los diputados y trabajadores, por lo que no sería necesario buscar un nuevo edificio, fue la conclusión a la que llegó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a través de su director del Centro Regional, Anselmo Guzmán.
Fue a través de un recorrido con el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del poder legislativo, Gabriel Biestro Medinilla, así como la directora administrativa del Congreso, Karina Vázquez Díaz, donde sostuvo que los daños en el inmueble son menores y no requieren, al menos por estructura, echar a los diputados a un nuevo edificio.
Cuestionado por su opinión sobre el dictamen de la BUAP, a través de su Facultad de Ingeniería, que indica de severos daños en la estructura hacen el recinto vulnerable ante un sismo de alta magnitud, señaló que él no ve daños severos y que el edificio estaba “bien”.
Sin embargo, sí apuntó que sería necesario buscar una empresa externa que haga una radiografía completa del inmueble para conocer hasta qué punto están los daños en este espacio y con ello estar seguros de la integridad del recinto.
“Ninguna. No sé qué determinen, pero por el edificio no hay ningún problema. Grave, no (…). Yo iba a sugerir que una empresa nos pudiera dar una certeza, puede sacar una radiografía de todos los muros y estar tranquilos, no debe haber mayor preocupación”, dijo.
En ese tenor, Gabriel Biestro apuntó que no solo es un tema de la integridad del lugar, sino que está rebasado ya por los diputados, quienes literalmente no caben y por ello deben ocupar oficinas en el Mesón del Cristo, ubicado en la 8 Oriente.
Basura de 20 años
Durante la revisión del salón de plenos, donde se tuvo que levantar la alfombra, se encontró con piso de los años 40, el cual llevaba cerca de 20 años cubierto por una alfombra, que denunció el propio Biestro fue cotizada en su momento en 500,000 pesos.
El piso de loseta presenta severos daños por décadas de estar cubierto; sin embargo, puede ser rescatado con soluciones ácidas.
Además, se debió cambiar la alfombra del pleno, que tuvo un costo de 127,000 pesos y los demás trabajos de limpieza se hicieron con personal del Congreso, por lo que no hubo necesidad de erogar más recursos.
Tanto el diputado como la directora administrativa dijeron que se encontraron con deficiencias como que las cortinas no habían sido lavadas en 20 años y el aire acondicionado en el mismo tiempo nunca recibió mantenimiento. Esto además que había zonas del pleno con capas de polvo de más de cinco años y que mermaron su patrimonio.
Ante la petición de dejar al descubierto el piso reencontrado, Gabriel Biestro afirmó que está en análisis y la idea es tener en óptimas condiciones el recinto para el 15 de julio cuando Guillermo Pacheco Pulido rinda su informe de actividades y para el 1 de agosto con la toma de protesta de Miguel Barbosa Huerta.
