Con cánticos, ritos y verbena, Barbosa vivió su primer día como gobernador

Con cánticos, ritos y verbena, Barbosa vivió su primer día como gobernador

Foto: Enfoque

Luis Miguel Barbosa vivió su primer día como gobernador de Puebla. Tras rendir protesta en el Congreso del Estado y dar un mensaje a la sociedad en el Auditorio Metropolitano, el nuevo mandatario fue recibido por centenas de poblanos en una verbena popular.

 

Así, entre incienso, trajes típicos y presente por ahí el rijoso diputado federal Fernández Noroña, Miguel Barbosa recibió el bastón de mando de los pueblos indígenas, símbolo de respeto.

 

Durante la espera, uno de los ciudadanos mencionó que el viaje que hizo a la toma de protesta del hoy gobernante fue de cerca de dos horas, ya que venía de Huatlatlacua y el camino carece de una pavimentación apropiada; asimismo, mostró su esperanza de que este nuevo gobernador sí pueda ayudar a su municipio que necesita de servicios públicos.

 

La banda de música se hizo presente, mientras varios colectivos entonaban cánticos a favor del gobernador y algunos asistentes aprovecharon para bailar una pieza y beber “aunque sea agua” para mitigar el calor que aumentaba con la tarde. Además, hubo una fila de comercios con artesanías hechas a manos como pulseras, collares de café, escapularios, entre otros, sus precios oscilaban de 20 a 50 pesos.

 

A las afueras del recinto, vendedores ambulantes se instalaron, ofreciendo sus productos, desde el vendedor de nieves, papas y dulces, hasta el que vendía peluches López Obrador, gorras con la frase célebre "me canso ganso" y tasas con emblemas de la 4T.

 

Los niños que acompañaron a sus padres, aunque algunos un poco fatigados, jugaban alrededor del recinto, con botellas de plástico y bolsas de papel de la cemita de jamón que recibieron.

 

Barbosa explicó que la canción que se escuchaba al salir o entrar a un mitin la escogió su hijo, Miguel Barbosa Orozco, ya que es una melodía que tiene alegoría a la felicidad y que le ayudó a sobrellevar las inclemencias de la campaña política. Con esta música, Barbosa se despidió de su gente que coreaba su nombre y le aplaudía.

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