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Se lo ganaron a pulso. Con la llegada de Luis Miguel Barbosa Huerta a la gubernatura de Puebla, muchos alcaldes vieron fin a sus falsas percepciones de la realidad, en las cuales se sentían los ediles que la entidad esperaba y aseguraban que habían llegado al poder por su “capacidad”.
Estamos cumpliendo una semana del nuevo gobierno y ha quedado en claro que el mandatario no se tentará el corazón para dejar en evidencia qué alcaldes no se han sumado a los preceptos de la Cuarta Transformación, comenzando con los ediles de la zona conurbada.
Los hechos y las imágenes dicen mucho. Este jueves, el mandatario encabezó el convenio para la "Estrategia Alianza Felicidad" entre la Secretaría de Bienestar y la Congregación Mariana Trinitaria A.C, acto al que fueron invitados diversos alcaldes.
Sin embargo, llamó la atención que Luis Alberto Arriaga, alcalde de San Pedro Cholula; Karina Pérez Popoca, alcaldesa de San Andrés, y Lupita Daniel (¿sí se llama así, verdad?), presidenta municipal de Cuautlancingo, fueron relegados a una segunda fila lejana del presidium.
Como ya se ha dicho en columnas anteriores, Arriaga, Pérez Popoca y Lupita Daniel son señalados como los culpables de la debacle de Morena en las pasadas elecciones, en las que el partido vinotinto perdió en la zona conurbada ante el PAN.
Forma es fondo, dicen los que saben. Las cosas quedaron aún más claras cuando ninguno de estos alcaldes recibió el certificado de aportación de bienestar que entregó el gobernador, distinción que sí llegó a manos de la alcaldesa de San Martín Texmelucan, Norma Layón, y del alcalde de Tlatlauquitepec, Porfirio Loeza.
Pero eso no es todo, amable lector, en el acto no estuvo presente la alcaldesa de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, quien en los últimos días se ha sentido -como decía Mario Marín- Dios en el poder, retando incluso al gobernador.
La lejanía que se está dando entre Rivera Vivanco y el mandatario, provocada totalmente por la nula capacidad de generar acuerdos de la alcaldesa, ya está presentando consecuencias, pues quedó claro que la munícipe capitalina será duramente castigada.
El gobierno municipal de Rivera Vivanco va de tropiezo en tropiezo y en vez de corregir errores pasados, comete nuevos y luego debe retractarse, lo que quedó de manifiesto en un comunicado del Ayuntamiento, en el que se descarta la negativa de la alcaldesa de firmar un convenio en materia de seguridad con el gobernador.
Si nos ponemos a analizar, mal hace Claudia Rivera en querer imponer su ley, pues junto con los alcaldes “apestaditos” de la 4T, tiene totalmente en contra a la sociedad, que desea fervientemente una revocación de mandato.
Así las cosas con aquellos alcaldes que se sintieron reyes y han sido rebajados a unos plebeyos, lugar que les corresponde al no cumplir con las personas más importantes de su administración: los ciudadanos.
