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Este fin de semana entró en vigor el incremento a la tarifa del transporte público en Puebla, situación que no fue bien vista por la mayoría de los usuarios, al argumentar que gran parte de las unidades están mal estado y que son manejadas por individuos faltos de raciocinio. Además, los transportes suburbanos aumentaron la tarifa a lo que quisieron.
El 6 de octubre, el titular de la Secretaría de Movilidad y Transporte del Gobierno del Estado, Guillermo Aréchiga Santamaría, anunció un aumento al costo del pasaje en combis y camiones, al pasar de 5.50 y 6 pesos a 8 y 8.50 pesos, respectivamente, a partir del 12 de octubre.
Sin embargo, el mismo funcionario estatal aseguró que para continuar con dicho beneficio, los concesionarios deben mejorar sus unidades, particularmente dotarlas de seguridad, en un plazo de cuatro meses; de lo contrario, la misma administración del gobernador Miguel Barbosa Huerta procederá al retiro de las concesiones.
El “tarifazo” se hizo efectivo este fin de semana y pese a que ya era un tema previamente informado, la mayoría de los usuarios expresó su descontento, principalmente debido al deterioro en el que están las combis, autobuses y microbuses.
Algunas rutas, como las “cholulas”, cobraron 10 pesos, hecho que generó inconformidad entre los usuarios. Lo mismo sucedió con algunas alimentadoras de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), esto pese a que dichos camiones no estaban contemplados.
Al respecto, hasta el momento el gobierno estatal no ha dado una postura al respecto y es que de acuerdo con algunos conductores, las unidades suburbanas no tienen autorización para cobrar el incremento.
Incluso, como muestra de inconformidad, este domingo por la mañana se llevó a cabo una marcha en contra del alza al pasaje. Dicha movilización partió del Paseo Bravo al zócalo.
