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Un tribunal de la ciudad de Dax, en el sureste de Francia, rechazó la demanda de unos habitantes rurales que se quejaban del graznido de unos 60 patos y gansos de su vecina y pretendían que las aves "se callaran al precio que fuera", informó este martes la emisora de radio France Bleu.
El abogado de los demandantes aseguró que sus clientes, que residían en una aldea, no podían disfrutar de las bellezas de la vida rural a causa de los gritos de las aves de corral de su vecina, Dominique Douthe, por lo que pidieron imponerle multas diarias de hasta 150 euros, una compensación de 3.500 euros u obligarla a sacrificar a sus pájaros.
El tribunal decidió que los patos podían seguir graznando, pues un estudio del ruido emitido por las aves mostró que ese nivel de bullicio estaba dentro de los límites permitidos.
Douthe expresó su regocijo ante la decisión del tribunal, pues se dedica a criar animales para su venta posterior y afirmó que "no quería matar" a sus patos.
"Creo que los conservaré con vida y les colgaré el número '2019' a una pata, los conservaré como recuerdo", dijo la granjera.
Se indica que el vecino que inició la disputa, cuya identidad se desconoce, se mudó a la localidad del distrito de Soustons donde Dominique mantenía su cría hace aproximadamente un año, y antes residía en la ciudad.
