Cerrar mercados de animales vivos es insuficiente para evitar zoonosis como el coronavirus

Cerrar mercados de animales vivos es insuficiente para evitar zoonosis como el coronavirus

Foto: Xinhua

El cierre de los mercados de animales vivos y una lucha reforzada contra el tráfico ilegal de especies serían medidas adecuadas para evitar la aparición de enfermedades como el nuevo coronavirus (COVID-19), pero son difíciles de implementar por aspectos culturales y económicos, dijeron expertos consultados por Sputnik.

 

El COVID-19, una zoonosis (enfermedad de animales transmisible a los humanos) causada por el virus SARS-CoV-2, apareció a finales de diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan (sureste).

 

Habría tenido su origen en un mercado de animales vivos; desde entonces se propagó a más de 50 países y causó más de 2.800 muertos.

 

“China es un país con una tradición tan antigua alrededor del consumo de carnes diferentes a las carnes tradicionales; entonces el consumo de otros animales es muy frecuente y culturalmente es aceptado”, dijo a Sputnik el director del Instituto de Virología de la Universidad El Bosque en Colombia, Jaime Castellanos.

 

El científico explicó que “el consumo de murciélagos, de pequeños roedores, de perros o gatos hace parte de la cultura y eso es normal para esa cultura”.

 

Castellanos, también investigador y profesor en biología celular y molecular de las infecciones virales, explicó que las condiciones sanitarias de esos mercados y la ausencia de control de los animales es lo que hace posible que los virus se adapten y salten a los humanos.

 

En China también se originó el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), una enfermedad de la que también se sospecha su origen en un animal, posiblemente un murciélago, y que fue designada como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2003.

 

Castellanos, al igual que María Cristina Navas, presidenta de la Asociación Colombiana de Virología y profesora de la Universidad de Antioquia, creen que, además de la captura de animales para consumo o tráfico ilegal, el riesgo de contagio de enfermedades desconocidas surge porque la actividad humana ingresa cada vez más a los hábitats de especies salvajes.

 

“Cuando la captura, como pasa con los monos como mascota, implica obligatoriamente que los humanos se pongan en contacto con hábitats que son exclusivos de los animales, eso pone al humano en contacto con virus, bacterias y parásitos que no están normalmente en el hábitat de los humanos”, explicó Castellanos.

 

Navas añadió que “de todas maneras hay que decir que por la expansión de la población humana que empieza a invadir territorios que antes eran solo exclusivos de animales igual eso va a suponer un riesgo”.

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