
El Gobierno Federal de la 4T mantendrá la construcción de la refinería Dos Bocas y el plan de rescate de Pemex, a pesar de que por primera vez en la historia el petróleo WTI ha caído por debajo de cero, es decir, es un producto que tendrá que ser regalado para liberar almacenamiento de crudo.
Con ello, comienza una espiral descendente de la economía mexicana, coinciden diversos analistas financieros. Añaden que este nuevo descalabro, agravado por la deficiente negociación de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, en la OPEP Plus, se suma a la proyección de la contracción económica para el país que ronda del 8 al 10 % para el cierre del 2020.
Tras el cierre de la jornada en la que petróleo WTI llegó a -37.63 dólares, integrantes de los partidos de oposición, académicos y especialistas manifestaron que la construcción de la refinería en Dos Bocas es ya un sinsentido ante la crisis del valor del crudo mexicano. La discusión se posicionó bajo la tendencia #DosBocas.
A pesar de la debacle, sin embargo, integrantes de la red de promoción de Andrés Manuel López Obrador (denominada REDAMLO), comenzaron a defender la construcción de la refinería de marras bajo el pretexto de alcanzar la “soberanía energética”.
Rocío Nahle tuiteó desde su cuenta personal que, en efecto, la estrategia del Gobierno Federal es la de buscar tal soberanía y que la inversión en Pemex y en Dos Bocas se mantendrá.
Así, el Gobierno Mexicano no solo destinará más recursos a Pemex en medio de la contingencia por el coronavirus, sino que destinará fondos para regalar el crudo a las refinerías de gasolina para que este no se desperdicie. Los recursos destinados a este fin serán fondos no aplicados en programas de salud por la contingencia o de rescate económico.
El precio del petróleo WTI tiene incidencia directa sobre el crudo mexicano. Si el precio del combustible es negativo, el costo de almacenamiento futuro hace que vendedores paguen por vender a perder más por almacenar en un mundo inundado de crudo.
Esta situación tiene explicación en la parálisis económica que provocó la pandemia de COVID-19, que causó una caída en la demanda. A pesar de que los países de la OPEP Plus acordaron una reducción en los niveles de producción, la oferta continuó desbordándose y perjudicó a los países con mezclas en tierra.
De acuerdo con información oficial, Pemex ya no pesa en la economía como antes y su contribución al Producto Interno Bruto (PIB) es cada vez menor. Dos indicadores lo evidencian: los ingresos netos de la paraestatal y el valor de la extracción de petróleo y gas a nivel nacional, ambos como proporción del PIB.
El indicador que mejor muestra lo que ha dejado de aportar Pemex a la economía mexicana es el valor de la extracción de petróleo y gas, cuya aportación al PIB cayó de 9.2% en 1996 a 4% en 2019, según el secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez.
En una entrevista que otorgó a La Jornada, a finales del año pasado, dijo que "Pemex es un factor de fortaleza” y adelantó que habría un plan de rescate tal y como se renegoció la deuda de la paraestatal en la actual administración federal.
Sin embargo, con los resultados del barril hoy, Pemex comienza a hundir la economía mexicana. El desplome de los precios del petróleo estadounidense por primera vez en la historia representa que el Gobierno Federal tendrá que incrementar los recursos para la paraestatal, tanto para el mantenimiento de operaciones como para el traslado del crudo almacenado.
El análisis respecto a una caída en espiral se sostiene debido a que a la crisis energética hay que sumar la contracción del país bajo el gobierno actual. En febrero, aun antes del Coronavirus, la economía mexicana se contrajo 0.1 %, su primera caída en más de una década, de acuerdo con un informe del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
Dos Bocas, en Tabasco, es uno de los proyectos insignia del presidente López Obrador. Sin embargo, la depreciación del peso debido a la emergencia sanitaria y ahora la caída del precio del petróleo podrían significar un importante aumento en el costo de esta iniciativa.
El Financiero calcula que el costo de esta obra aumentaría en 23.3 % al tomar en cuenta el momento en que se anunció, así como el tipo de cambio actual, es decir, al menos 190,400 millones de pesos.
Diversos especialistas han coincidido en que el costo inicial era difícil de creer, pero con la actual alza en el tipo de cambio la construcción de la refinería resulta insostenible para su eventual rentabilidad; más aún, la construcción también demorará más de cinco años, es decir, será posterior al gobierno de López Obrador.
En cinco años, además, los autos eléctricos ocuparán un tercio del parque vehicular del mundo, según una proyección de Boston Consulting Group, por lo que la apuesta a la refinería y recuperación de Pemex luce más como la defensa de una ideología de la década de los 70s que como una proyección seria de crecimiento y desarrollo económico.