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El tuit que está mañana publicó Genoveva Huerta pareció profético.
Las burlas del hecho de que se contestó sola se multiplicaron virulentamente.
Tuvo que decir, en la red social, que “no fue para tanto”.
Sin embargo, el texto es simbólico.
Simbólico de su realidad.
Se quedó sola en su intento de criticar al gobierno del estado burlándose de un contagio.
Nadie quiso acompañarla en ese proceder tan mezquino.
¿Quién, con un sentido de humanidad, podría burlarse de los contagios por COVID?
Es una enfermedad nueva, angustiante y sin cura.
El reconocimiento para Verónica Vélez y otros funcionarios contagiados es por su entereza ante una crisis.
Sonriendo, con tranquilidad, con una familia a su cargo, Vero Vélez reconoce su contagio y agradece la solidaridad con ella por parte de quienes le han mandado sus mejores deseos.
Así, ¿quién podría apoyar a Genoveva Huerta en esta burla tan mezquina?
Se quedó sola en sus ataques.
Y ahora también se quedó sola en su estrategia para dirigir al PAN.
Quien traiciona se hace famoso por ello.
Ella es dirigente estatal del PAN por un acuerdo establecido entre Marko Cortés y el exgobernador Rafael Moreno Valle.
Damián Zepeda, enemigo de su anterior líder político, hoy es el jefe de Genoveva.
Traicionó al grupo que le llevó al cargo.
Y la traición siempre te lleva a la soledad.
Sí, Genoveva se respondió sola en Twitter por un error de sus colaboradores.
Pero esa auto contestación es profética.
Quienes fueron sus amigos hoy se sienten engañados.
Quienes fueron sus aliados saben qué fueron traicionados.
El destino de la ex diputada federal es la soledad.
La diputación plurinominal más solitaria del mundo.
