El manjar francés pecaminoso y prohibido

El manjar francés pecaminoso y prohibido

La comida es una de los placeres de la vida que todo ser humano puede y debe disfrutar. Pero qué pasa cuando se sobrepasan los límites de placer y se crea un platillo tan exquisito que debe ser considerado un pecado por la manera en la que es preparado.

 

Nos referimos al consumo del escribano hortelano, un ave que tiene apenas el tamaño de la mano de un niño y que se ha convertido en el manjar prohibido de Francia, por la cruel manera en la que está ave es tratada antes de ser cocinada.

 

Desde 1999 está prohibido servir este platillo en los restaurantes franceses; sin embargo, algunos chefs galos han solicitado a las autoridades el permiso para servir el escribano hortelano al menos una vez al año, algo que no es bien visto por muchos grupos sociales.

 

¿Qué hace tan especial y tan prohibido este manjar? Resulta que esta ave, que habita en Europa Occidental y Asia es engordada a la fuerza y antes de ser asada entera es bañada en armañac, un brandy que toma el nombre de una región de la campiña francesa.

 

Para comer este platillo, quien lo consuma debe cubrirse la cabeza con una toalla o pañuelo, a fin de que los olores se mantengan cerca y se pueda saborear hasta el último detalle del escribano hortelano, aunque hay quien dice que los comensales se cubren el rostro por el pecado que están cometiendo.

 

Complicado será que el escribano hortolano regrese a los menús franceses, pues la crueldad con la que se atrapa y se cocina a esta ave no se justifica por el sabor inexplicable de este manjar pecaminoso de Francia.

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