Un presidente desgarbado

Un presidente desgarbado

Un señor de la tercera edad sale de su oficina en Palacio Nacional. De pena ajena su aspecto. Despeinado, con la camisa arrugada, desfajado…

 

Se dirige a la parte inferior del recinto para rendir un “homenaje” a las víctimas del COVID-19, una auténtica mentada de madre para mexicanos que han perdido a algún ser querido por este virus.

 

Encorvado, se queda un momento en silencio y luego aplaude a los trabajadores de la salud que pelean a brazo partido en esta pandemia… otra burla a un México herido.

 

Sí, ese es el presidente constitucional de México. El mismo que se pasó 12 años en campaña presidencial criticando hasta la manera de respirar de sus antecesores, culpables -según él- de todo lo malo que pasa en el país, hasta de sus propios errores.

 

Hoy en día, ese señor de aspecto descuidado y senil llamado Andrés Manuel López Obrador arrastra la imagen que debe dar un presidente de la república.

 

Dirán los adoradores del “Mesías Tropical” que su aspecto no importa mientras México camine de manera correcta.

 

¡He ahí el problema!

 

México está como el mismo presidente: despeinado y desgarbado.

 

Nuestro país hoy es un hombre senil, necio y enfermo. Lastimado por la indiferencia de aquel “luchador” social que prometió dar prioridad al bienestar de una nación ultrajada.

 

Para el ocupante de Palacio Nacional representa una grosería que se hable más del COVID-19 que de la rifa del avión presidencial, pues en la burbuja del presidente de la república, las más de 50,000 vidas perdidas en la pandemia son menos importantes que un “cachito” de este sorteo.

 

¡Que Dios nos ampare!