Bajo la tormenta, las decisiones del capitán Barbosa

Bajo la tormenta, las decisiones del capitán Barbosa

En una de las mejores películas de la Inglaterra del Siglo XVII, Capitán de Mar y Guerra, el espectador mira al Afortunado Jack cenando con sus oficiales en medio de una tormenta.

 

Están persiguiendo un objetivo, un barco francés. Son tiempos de guerra.

 

Al platicar con el médico, su amigo y un apasionado liberal, le habla acerca de la dificultad para tomar decisiones y le plantea que hay ocasiones de crisis en las que debe decidirse sobre el menor de los daños y eso es ser un capitán.

 

La escena retrata la situación del gobernador Barbosa: está tomando decisiones en medio de una tormenta.

 

Y estas decisiones que ha tomado el gobernador ante la pandemia de la COVID-19 han sido correctas pero no fáciles.

 

Para poder ejecutarlas, ha tenido que navegar contracorriente.

 

Por un lado, la crítica de la oposición liderada por Genoveva Huerta y Fernando Manzanilla, la queja de muchos empresarios vinculados con la ultraderecha y también con un trasfondo político-electoral.

 

Incluso, ha tenido que confrontar los lineamientos del Gobierno Federal, en particular las posturas de Hugo López Gatell, subsecretario de Salud, y del propio presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

Y es este último punto el que, en un análisis frío y sin prejuicios, las decisiones del gobernador deben ser reconocidas.

 

Si el presidente se burla incluso del uso del cubrebocas, Barbosa Huerta no se ha retirado la mascarilla en ninguna de las ruedas de prensa.

 

Y si López Gatell sugirió tácitamente que la contingencia había terminado cuando declaró el fin de la jornada de Sana Distancia, Barbosa Huerta en contraparte ha mantenido una postura firme respecto al confinamiento.

 

La posición del mandatario estatal está basada en la ciencia médica: si hay contagios al alza, ¿cómo promover el consumo y la salida a centros de entretenimiento?

 

Por tal razón es que digo que ha navegado a contracorriente.

 

Los empresarios le han presionado con la reapertura desde hace semanas, cuando la virulencia continuaba al alza.

 

Detrás de los reclamos había una intención política: la de reforzar la idea de que el Gobierno de Miguel Barbosa no estaba atendiendo correctamente la pandemia, pero al mismo tiempo este grupo empresarial vinculado al sector más conservador urgió la reapertura.

 

Incluso, ahora, con la reapertura a 30 %, en redes sociales simpatizantes de los empresarios critican los excesivos decretos, pero el gobernador ha priorizado la salud como centro de la estrategia ante el COVID.

 

Al final, el gobernador está privilegiando dos elementos centrales en la lucha contra la pandemia: promover el confinamiento y el uso del cubre bocas y reconocer la gravedad de la situación estatal en cuanto a contagios, algo que ni el inquilino de Los Pinos ha hecho.

 

Por eso considero, sin filias ni fobias, que el gobernador está haciendo un buen trabajo ante la pandemia, pese a no ser aplaudido por un sector empresarial.

 

Más cosa curiosa, según México Elige, creció 6.9 puntos el mandatario ante la pandemia. Ante la tormenta, algo está haciendo bien el capitán Barbosa.