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Por su juventud y sobre todo por el estilo que le ha inyectado al Querétaro a pesar de sus bajos recursos económicos, Alex Diego está sorprendiendo en su presentación como director técnico en la Liga MX y tras la goleada de este domingo ante América se ha ganado los reflectores.
De 2012 a 2013, el ahora estratega de apenas 35 años se enfundó la playera de Lobos BUAP con el que jugó un total de 24 partidos entre Ascenso Mx y Copa MX, anotando incluso dos goles a pesar de que su posición en la cancha siempre fue en la zona defensiva.
Los botines los colgó en el 2016 jugando para Alebrijes de Oaxaca en la ahora extinta Liga de Plata del futbol mexicano, y solo dos años después se dio su estreno en los banquillos en las Fuerzas Básicas de Pumas, equipo con el que debutó como jugador en 2006.
Fue en 2019 cuando tomó, con 34 años, su primer conjunto mayor al ser llamado por Alebrijes de Oaxaca, para llevar al equipo rumbo a un posible ascenso, situación que no se dio, pero que sirvió para mostrar las ideas que tenía como timonel.
Para el segundo semestre del mismo año, el Atlante le dio la oportunidad de continuar con la aventura como entrenador también con el objetivo de pelear por subir a la Liga MX, y ahí fue donde sus formas comenzaron a llamar la atención.
Con la venta de Querétaro al grupo que manejaba a los Potros encabezados por Manuel Velarde, quien decidió brindarle la oportunidad a Diego para presentarse en el máximo circuito, en donde su inicio no fue fácil acumulando una derrota ante Pumas y empate ante Mazatlán en sus primeros dos juegos, pero consiguiendo rimbombantes triunfos ante Cruz Azul y América en las últimas dos fechas.
El orden táctico y principalmente la destreza de sus contragolpes mostrados ante los Águilas a las que desplumaron por 4 a 1, llaman la atención del planteo de Alex Diego Tejado, quien por ahora es el técnico más joven de la Liga MX, y que a pesar de los malos augurios para la actual temporada justamente por su novatez, se está encarrilando a ser una sorpresa para después pasar a ser una realidad.
