¡Al fin! Vacuna llegará México y al resto del mundo en enero

¡Al fin! Vacuna llegará México y al resto del mundo en enero

Foto: Pixabay

El procedimiento administrativo y económico para la distribución de vacunas ya ha comenzado. Es un hecho que a principios del próximo año comenzará la vacunación de la población global y de México, y el resto del mundo superará la crisis sanitaria por la COVID-19, afirma William Petri, virólogo.

 

En otras palabras, puede fecharse el regreso a la convivencia social a la que el mundo había evolucionado para el primer trimestre del próximo año, con las primeras vacunas ya distribuidas en enero. Las acciones económicas deben apuntar a esta fecha para generar un crecimiento sostenido e inmediato.

 

Según Petri, profesor de Medicina en la Universidad de Virginia Estados Unidos y uno de los investigadores de este país, McKesson Corp., el mayor distribuidor de vacunas en el vecino del norte, ya ha sido contratado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para que distribuyan la vacuna contra la covid-19 en hospitales y clínicas.

 

Incluso, reconoce que “en algún momento a finales de 2020” la comunidad científica internacional ya sabrá que vacunas en investigación son seguras, qué tan efectivas son y cuáles deberían usarse para vacunar a toda la población a principios de 2021.

 

Hasta la fecha, los ensayos de tres vacunas diferentes han arrojado resultados prometedores y han logrado desencadenar la producción de niveles de anticuerpos neutralizantes en niveles de dos a cuatro veces más altos que los observados en personas que se han recuperado de covid-19.

 

Según la información que ofreció al sitio de rigor académico, La Conversación, la empresa estadounidense Moderna, la británica Oxford y la china CanSino poseen las tres vacunas que han demostrado ser seguras durante los ensayos clínicos de fase I y II.

 

Además, reveló, el gobierno de Estados Unidos está apoyando el desarrollo de varias vacunas a través de la Operación Warp Speed. El objetivo de este programa es entregar 300 millones de dosis de una vacuna segura y eficaz para enero de 2021.

 

El gobierno estadounidense ha hecho una gran inversión, comprometiendo ocho mil millones de dólares en siete vacunas distintas contra la COVID-19, afirma.

 

El investigador detalla que la vacuna producida por Moderna y el NIH de EU, así como la vacuna de Oxford-AstraZeneca, comenzaron los ensayos de fase III en julio.

 

Durante un ensayo de fase III, el paso final del proceso, la vacuna es probada en decenas de miles de personas para determinar si funciona y previene la infección por SARS-CoV-2 de manera segura, y eso está ocurriendo ahora.

 

Otras vacunas contra la covid-19 comenzarán la fase III en unas semanas, agrega esperanzado el investigador, quien insiste en que en los primeros días del próximo año comenzará la distribución estratégica de las vacunas.

 

La ventaja de esta estrategia es que una vez que se demuestre que una vacuna es segura tras los ensayos clínicos de fase III, ya existirá una reserva que podrá ser distribuida inmediatamente sin comprometer la evaluación completa sobre su seguridad y eficacia.

 

Este es un enfoque más prudente que el de Rusia, que está vacunando al público antes de demostrar que la vacuna es segura y eficaz mediante la fase III.

 

“Una vacuna nos protegerá, en parte, alentando la producción de anticuerpos contra la espícula viral del SARS-CoV-2, el virus que causa la covid-19”, explica el investigador.

 

De acuerdo con las notas internacionales, al menos siete empresas han desarrollado anticuerpos monoclonales: anticuerpos fabricados en laboratorio que detectan la espícula viral.

 

Estos han entrado en la fase de ensayos clínicos para probar su capacidad para prevenir infecciones en personas que están expuestas a través de un contacto doméstico.

 

En 99 % de todos los casos positivos por COVID-19, dice Petri, los pacientes se recuperan de la infección y el cuerpo elimina el virus.

 

Algunas de las personas que han contraído la enfermedad pueden permanecer con bajos niveles del virus en el cuerpo hasta tres meses después de la infección.

 

Pero en la mayoría de los casos, una vez pasados 10 días de haberse enfermado, estas personas ya no pueden transmitir el virus.

 

Por estas razones, ha sido mucho más fácil elaborar una vacuna para el nuevo coronavirus que para infecciones como el VIH, que el sistema inmunológico no puede curar de forma natural.

 

El SARS-CoV-2 no muta de la misma forma en que lo hace el VIH, por lo que es mucho más fácil de controlar para el sistema inmunológico o a través de una vacuna.

 

Cuando los investigadores comprenden los posibles efectos secundarios de la vacuna y cómo evitarlos, esta se hace más segura y es lo que permitiría una distribución masiva en enero y los meses siguientes.

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