Solo falta Claudia en la fiesta

Solo falta Claudia en la fiesta

Foto: Imagen Poblana

Solo una negociación planteada en el primer círculo del presidente de la República hacia el gobernador Miguel Barbosa lograría establecer una temporal amnistía con la alcaldesa de Puebla, Claudia Rivera, en aras de mantener en manos del Movimiento de Regeneración Nacional la presidencia municipal de la capital.

 

Morena tiene algo que su opositor principal, el Partido Acción Nacional, no tiene: unidad. Los grandes líderes electorales de este partido han cedido y se han unido para mantener la hegemonía marrón.

 

Este periodista ha consultado información de diversos equipos y esta es la radiografía:

 

1. Alejandro Armenta y su equipo apoyarán en distritos locales y federales y en la capital para lograr mantener a Morena como el partido ganador. La condición es dejar abierta la posible candidatura a la gubernatura en 2024.

 

2. Erick Cotoñeto, el discreto pero fino operador del mandatario estatal (se conocen desde hace décadas), se convertirá en presidente del Congreso en una eventual victoria del partido Morena en 2021.

 

3. Gabriel Biestro se convierte en candidato a la presidencia municipal planteando unidad entre todos los aspirantes y así establecer una postura firme de respaldo al gobernador Miguel Barbosa en la segunda parte de su administración.

 

La única figura de peso -siempre un alcalde de la ciudad capital es un perfil a considerar- que por el momento está fuera de la negociación es Claudia Rivera, la presidenta municipal.

 

Pero la crítica a su gobierno perjudica igual a Rivera que a la marca de Morena. Por esa razón es lógico pensar en la necesidad de la Federación para lograr un acuerdo.

 

Son diversas las razones de la enemistad entre la presidenta municipal y el gobernador, por eso no es sencillo que se busque la conciliación.

 

Pero la división en cualquier partido es destructiva, no solo en Morena.

 

Por esa razón es necesario establecer el último acuerdo, la estrategia final de solidez para que el bloque de Morena apuntale a un candidato y conserve el poder para el proyecto de la Cuarta Transformación.

 

En el PAN, la división es enorme. No solo está la batalla entre Genoveva Huerta y Eduardo Rivera. El equipo del exgobernador Antonio Gali Fayad, a través de Oswaldo Jiménez, impone su postura y no se ha flexibilizado hasta ahora.

 

A nivel nacional, Marko Cortés enfrenta la guerra de otros líderes nacionales de su partido y en Puebla estos liderazgos también ejercen presión.

 

En Morena solo hay un último perfil que sumar mientras en el PAN las cosas se ponen cada vez peor ante una dirigente estatal confrontada con su partido y un operador tras bambalinas: Fernando Manzanilla.

 

Este escenario favorece a Morena siempre y cuando se establezca, al menos temporalmente, la amnistía con Claudia Rivera Vivanco.

 

Es un tema de naturaleza política. Ya se verá si el partido lo acepta.

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