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En un movimiento que pocos o nadie entiende, el presidente Andrés Manuel López Obrador gastó 500 millones de pesos del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado en comprar un millón de cachitos de la rifa del avión presidencial para repartirlos entre los hospitales COVID-19 de México.
La estrategia es incomprensible debido a que estos billetes de lotería serán repartidos en los 956 hospitales que atienden a pacientes con coronavirus. Si alguno de los hospitales resulta ganador de uno de los premios por 20 millones de pesos de esta rifa, entonces los trabajadores decidirán en qué gastarlo, cuando sería mejor y más equitativo repartir directamente los recursos entre todos los hospitales.
