La batalla por el vinotinto

La batalla por el vinotinto

Esta semana nos metimos en terrenos en guerra. Un ambiente de confrontación se sentía en cada paso que dábamos hacia las praderas dominadas por el partido vinotinto, donde las huestes del comandante Delgado Marion buscaban derrocar al rey electo Profidio Mulón Dedo…

 

Delgado Marion: ¡Hijos de la Cuarta Transformación! ¡Levanten sus armas y preparen sus votos! Es tiempo de que derrotemos a ese líder espurio que nos quiere arrebatar el reino vinotinto.

 

Yeinol: ¿Hablas del comandante Borolas Calderoni?

 

Delgado Marion: ¡No! ¡Espera! ¿Tú qué haces aquí Yeinol?

 

Yeinol: Pus acá, perdiendo el tiempo. Cuando se te acaba la carrera política ya da lo mismo perder en batalla, en convención nacional o en encuestas.

 

Delgado Marion: Admiro tu fortaleza y poca dignidad, será un horror pelear a tu lado.

 

Yeinol: ¿Hueles eso, Marion?

 

Delgado Marion: ¡Oh, chin! ¿Ya vas a criticarme? Con esta batalla ni tiempo me da de bañarme.

 

Yeinol: No eres tú. Aquí huele a… ¡Naftalina!

 

Delgado Marion: ¡No puede ser! ¡Todos a sus puestos! ¡Se acerca Profidio Mulón Dedo!

 

Profidio Mulón Dedo (A lo lejos): Antiguos espíritus del PRIAN, transformen este cuerpo decadente y cuatritransformador en… ¡Profidio, el inmoral, digo, el inmortal!

 

Yeinol: ¡Ya bailó Bertha!

 

Delgado Marion: ¿Luján?

 

Yeinol: ¡No! Ahí te quedas, Marion, la verdad prefiero vivir arrodillada que morir de pie.

 

Profidio Mulón Dedo: No tienes oportunidad de vencerme, Marion, ten un poco de dignidad y retírate de la pelea por el vinotinto. ¡Acaso no te enseñaron a respetar a tus mayores!

 

Delgado Marion: ¡Vejestorio mañoso! Ya me enteré de que hasta tu abuelita contestó la encuesta y por eso ganaste. Pero no permitiré que me quites el vinotinto.

 

Profidio Mulón Dedo: No olvides que yo ya conquisté las tierras tricolores, fui amo y señor del azteca sol y hasta amigo de los azules soy. El vinotinto será parte de mi reino, quieras o no.

 

Delgado Marion: ¡Cámara! ¡Aviéntate y a ver de a cómo nos toca! No me importa que me llamen el mataviejitos.

 

Gibrandy: ¡Alto los dos!

 

Delgado Marion: ¿Y tú quién eres?

 

Gibrandy: Me llamo Gibrandy de Medio Metriño, comandante de los Ejércitos Chairos, general de las Legiones del Zócalo, leal servidor del verdadero emperador, mi Cabecita de Algodón, y alcanzaré mi venganza en esta vida o en la otra.

 

Profidio Mulón Dedo: Ni siquiera sé quién eres.

 

Delgado Marion: ¡Ah, ok! ¿Nos permites, chavo? Estamos aquí resolviendo algo importante. Lánzate por unas aguas o algo porque vamos a terminar cansados por la batalla.

 

Profidio Mulón Dedo: No tendremos que pelear, Marion, pues mientras te distraías con este mequetrefe invadí las oficinas del Instituto Nacional Encuestador y me adueñé de los teléfonos. En estos momentos, mi ejército está encuestando a todos mis amigos. ¡Te he derrotado!

 

Delgado Marion (haciendo berrinche): ¡Nooo! Eso no se vale. Te voy a acusar con mi Cabecita de Algodón, él dijo que debíamos pelear limpio.

 

La lucha por el reino del vinotinto promete un nuevo capítulo. Veremos qué nos depara el futuro…