Bolsonaro descarta vacuna china: "el pueblo brasileño no será cobaya de nadie"

Bolsonaro descarta vacuna china: "el pueblo brasileño no será cobaya de nadie"

Foto: Xinhua

El presidente brasileño Jair Bolsonaro descartó este miércoles oficialmente la compra de dosis de la vacuna contra el covid-19 elaborada por el laboratorio chino Sinovac y lanzó dudas sobre su seguridad al decir que el pueblo brasileño no será "cobaya" de nadie.

 

En un comentario en Twitter, Bolsonaro dijo que para su Gobierno, cualquier vacuna, antes de llegar a la población, tiene que estar validada por el ministerio de Salud y certificada por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa): "El pueblo brasileño no será cobaya de nadie", añadió.

 

"No se justifica un aporte financiero billonario en un medicamento que ni siquiera superó su fase de test; ante lo expuesto, mi decisión es no adquirir la citada vacuna", zanjó.

 

En realidad, el mensaje de Bolsonaro incita a la confusión, ya que todas las vacunas que se están testando en Brasil tienen que contar con el aval del ministerio y de la Anvisa antes de poder aplicarse a la población, y la desarrollada por China no es una excepción.

 

Bolsonaro argumentó que no se puede invertir en un medicamento cuya eficacia aún no está probada, pero en cambio su Gobierno sí que aceptó pagar 100 millones de dólares para garantizarse el acceso a la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, que está en la misma fase que la vacuna de Sinovac, conocida como "Coronavac".

 

Tanto la "Coronavac" como la vacuna de AstraZeneca están siendo testadas desde hace semanas en miles de voluntarios de varias regiones de Brasil sin que se hayan registrado incidencias.

 

La decisión del presidente desautoriza frontalmente a su ministro de Salud, Eduardo Pazuello, que el 20 de octubre anunció, en una reunión con todos los gobernadores del país, que el Gobierno central desembolsaría 340 millones de dólares para adquirir 46 millones de dosis de la la "Coronavac".

 

La intención era ampliar su difusión por todo Brasil y no sólo en el estado de São Paulo, cuyas autoridades llegaron a un acuerdo para producirla en el Instituto Butantan.

 

El ministro llegó a anunciar que gracias al acuerdo, y si los plazos de los test se cumplían, la campaña masiva de vacunación podría empezar en enero.

 

Ahora Bolsonaro acaba con este acuerdo, según muchos analistas por prejuicios ideológicos con China y también por su rivalidad política con el gobernador de São Paulo, João Doria, que estaba capitalizando todos los avances relacionados con la vacuna china.

 

De hecho, el post en Twitter en que Bolsonaro descarta la vacuna se titula "La vacuna china de João Doria".

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