La informalidad y el derecho al trabajo

La informalidad y el derecho al trabajo

Las economías de países subdesarrollados, como el nuestro, presentan un problema estructural para absorber la totalidad de la fuerza de trabajo disponible (población económicamente activa) por lo que las personas desocupadas tienen que ganarse la vida de alguna manera, por lo que estos países presentan altas tasas de informalidad. ¿Qué implicaciones tiene?

 

La economía informal es el conjunto de actividades que están invisibilizadas por el Estado, pero no implica actividades ilícitas, son exactamente las mismas que realizan empresas formales, como: servicios de alimentos, fabricación de productos o comercio. El trabajo informal, por su parte, es el que se realiza fuera del marco jurídico, pero tampoco se refiere a actividades ilegales. El trabajo informal existe aún en empresas formales: cuando no se pagan los impuestos respectivos, cuando no se otorgan prestaciones o no se respetan los derechos laborales.

 

La informalidad siempre representa precariedad en las condiciones de trabajo, menores ingresos, desprotección social e inestabilidad, por lo que, a diferencia de lo que regularmente se piensa, la informalidad no es una elección de las personas, es una opción a la que se recurre por necesidad de los que han sido desplazados o discriminados de la economía formal, por ejemplo, las personas que no logran conseguir un empleo, las mujeres que por su condición de género no son contratadas, indígenas por su condición de raza, etc.

 

La informalidad es resultado de una mala distribución de la riqueza, por eso entre más desigual es una economía mayores tasas de informalidad habrá. Al mismo tiempo la informalidad genera pobreza y sigue profundizando la desigualdad en un círculo vicioso. Corregir entonces la informalidad implica cambios profundos en el modo de producción.

 

En nuestro país, las tasas históricas de informalidad han sido cercanas al 60% en promedio. El estado con menor informalidad es Nuevo León con 20% y el más informal es Chiapas y Oaxaca donde 8 de cada 10 personas laboran en actividades informales. En la gráfica 1 se muestra la evolución de la informalidad en nuestro país desde 2005; se observa que alcanzó las tasas más altas durante la crisis de 2009 y recuperar los niveles anteriores le tomó al país 4 años. A partir de 2015 inició una tendencia decreciente que se ha acentuado notablemente desde el inicio del sexenio, pero insuficiente pues sigue ocupando a más de la mitad de la población.

 

Elaboración propia con datos de ENOE (INEGI)

 

 

El trabajo en la economía informal en nuestro país ha sido perseguido y condenado durante mucho tiempo, ayer se cumplieron 47 años de que en una madrugada el gobierno de Puebla reprimiera con excesiva violencia a vendedores ambulantes que trabajaban en el Centro Histórico. Durante el día, los trabajadores se reagruparon y se reunieron en la Escuela de Artes de la Universidad Autónoma de Puebla, ahí encontraron al tercer hombro, con maestros y estudiantes germinó una organización de lucha que ha sido ejemplo histórico de consecuencia y dignidad: la “Unión Popular de Vendedores y Ambulantes 28 de Octubre”.

 

Desde entonces han enarbolado las banderas de la izquierda con un profundo conocimiento del marxismo-leninismo; han defendido el trabajo digno; han participado activamente en la desconcentración comercial que llevó a la fundación de mercados como el Hidalgo, Morelos y Zapata, así como el Independencia, el Zaragoza y Madero; se han solidarizado con múltiples causas sociales el derecho a la educación, la salud y la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora; en la larga noche neoliberal se enfrentaron ferozmente al Estado para oponerse a las reformas estructurales.

 

Las consecuencias fueron la persecución, el hostigamiento, la prisión y el asesinato que lejos de mermar la combatividad de esta organización, la han dignificado. Por ese ejemplo que nos dan dedicamos este espacio a todos los luchadores valientes que han conformado la 28 de Octubre, les saludamos fraternalmente y nos solidarizamos con la reivindicación de la defensa del trabajo mediante la lucha popular, porque afirmamos que mientras el Estado no garantice el derecho al trabajo digno no puede criminalizar el trabajo informal. ¡Viva la heroica y combativa 28 de Octubre!

 

*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

 

Twitter: @BandalaCarlos