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El Centro Médico de la Universidad de Nebraska, un hospital de referencia en enfermedades raras y peligrosas estadounidense, está casi desbordado ante el aumento de casos de COVID-19 y la respuesta ineficaz del Gobierno, según un reportaje de la revista "The Atlantic".
El hospital, situado en Omaha, en el estado de Nebraska, y que cuenta con la única instalación federal de cuarentena y una gran unidad de biocontención, está considerado como el mejor preparado del país para gestionar pandemias, explicó el reportaje, publicado el viernes.
Su personal empezó a prepararse de forma específica para infecciones emergentes después del brote del SARS en 2003 y cuenta con planes detallados ante pandemias, así como experiencia en la gestión de enfermedades infecciosas como el ébola, continuó.
Sin embargo, en estos momentos va por "un camino totalmente catastrófico", dijo, citada por la revista, Angela Hewlett, especialista en enfermedades contagiosas del centro.
Unos 2.400 habitantes del estado dan positivo al virus cada día y el hospital se ha tenido que convertir en una instalación dedicada por completo a la COVID-19, con 10 unidades en total, de las cuales tres son de cuidados intensivos y una de tratamiento paliativo.
El incremento de casos de COVID-19 ha puesto al hospital prácticamente al límite de su capacidad. Ante la escasez de personal y de camas, los pacientes con derrames cerebrales y otras enfermedades urgentes no reciben el nivel normal de atención, según la información.
"Estamos viendo cómo se rompe un sistema ante nuestros propios ojos y no podemos pararlo", declaró la doctora de cuidados intensivos Kelly Cawcutt.
Dan Johnson, otro especialista en tratamiento intensivo, afirmó por su parte que lo peor es que la situación se podía haber evitado.
"El coronavirus no es imparable", pero la Administración estadounidense "no ha dedicado esfuerzos serios a detenerlo" dando pie a una situación casi imposible de abordar por los hospitales, aseguró el reportaje.
El martes pasado, el gobernador de Nebraska, Pete Ricketts, volvió a rechazar decretar el uso obligatorio de mascarillas en el estado.
El número de casos de COVID-19 en Estados Unidos supera ya los 12 millones, con más de 256.000 fallecidos, según el recuento en tiempo real de la Universidad Johns Hopkins.
"Podemos prepararnos una y otra vez para una ola de pacientes, pero no para un tsunami", sentenció Cawcutt.
