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Tras el título conseguido este domingo, pero sobre todo por el estilo de juego dominante que ha desplegado con el León en los últimos dos años, Ignacio Ambriz se ha convertido en el técnico de moda en el futbol mexicano, pero poco se recuerda su tormentoso debut en los banquillos en el Puebla de la Franja.
Con 38 años y después de haberse retirado como jugador en el 2001, ‘Nacho’ recibió la oportunidad de debutar como estratega por parte de Francisco Bernat, quien en ese entonces era dueño de los camoteros.
Era el Clausura 2003 y el equipo poblano peleaba por mantenerse en Primera División, aunque su situación era complicada tras los malos resultados dejados por los técnicos Gustavo Vargas, Víctor Manuel Vucetich y Hugo Fernández.
En las filas del equipo estaba Jorge Campos, quien fue el hombre que convenció a Ambriz de tomar el puesto en el Puebla. Con siete partidos al frente, “Nachito” logró dos triunfos, dos empates y tres derrotas, con lo que el equipo se mantuvo en Primera División, esto a pesar de contar en el equipo con jugadores muy por debajo de su nivel como Roberto Trotta, Mauricio Serna y el propio Campos.
Sin embargo, la tormenta comenzó cuando, según versiones periodísticas surgidas en esos momentos, Bernat sacó ventaja de que Ambriz no había firmado contrato alguno y su relación había sido de palabra, por lo que desistió de pagarle lo acordado en caso de lograr la salvación.
Ambriz prefirió no generar problema, sabedor de que su carrera como timonel recién comenzaba, y se marchó del club sin cobrar. Fue en ese momento, cuando Javier Aguirre lo invitó a unirse a su cuerpo técnico en España, en donde estuvo hasta el 2010 cuando regresó al futbol mexicano para retomar su labor de entrenador principal en el San Luis.
Posteriormente, se hizo cargo de Chivas, Querétaro, América, Necaxa, hasta llegar a León en el 2018. El de este domingo, se convirtió en su primer título de Liga como entrenador luego de 17 años de carrera.
