Los mayores desafíos del 2020, un año marcado por la pandemia de coronavirus

Los mayores desafíos del 2020, un año marcado por la pandemia de coronavirus

Foto: Pixabay

El 2020 pasará a la historia como uno de los peores años para humanidad con una pandemia de coronavirus que se ha cobrado hasta la fecha más de 1,69 millones de vidas en el mundo entero. La emergencia llevó a los Estados a tomar medidas extremas como el cierre de las fronteras, toques de queda, la paralización de las actividades comerciales y otras. Sin embargo, la situación al parecer no ha impedido que se cometan atentados en varios puntos del planeta.

 

Oleg Siromólotov, viceministro ruso de Exteriores, señala que, si bien los cerrojazos y el incremento de la vigilancia de las fronteras obstaculizaron en cierto modo la actuación de los grupos terroristas, estos han aprovechado la pandemia para reclutar a las personas defraudadas por las medidas de sus Gobiernos para hacer frente a los contagios. "Los terroristas tratan de aprovecharse de esto, reclutan a los descontentos, difunden el pánico y distintas ideas extremistas", indicó.

 

El viceministro constató que las organizaciones terroristas y criminales siempre buscan sacar provecho de la coyuntura, critican a Gobiernos legítimos por la supuesta ineptitud para contrarrestar la pandemia y tratan de hacer creer que "el coronavirus es un castigo de Dios". "Sería imprudente asumir que la amenaza terrorista se debilitó", subrayó.

 

Los atentados en Europa se han sucedido en plena pandemia de covid-19. Francia fue sacudida el 29 de octubre por un ataque con cuchillo a personas que se encontraban en la catedral de Notre Dame de Niza. El suceso que dejó tres muertos fue catalogado como un acto terrorista por el presidente de ese país, Emmanuel Macron.

 

Cuatro días después, Austria también era blanco de un ataque terrorista. Un hombre armado abrió fuego en pleno centro de Viena, causando cuatro víctimas mortales y más de 20 heridos.

 

LA APUESTA POR LA COOPERACIÓN

 

En ese sentido, Siromólotov destacó la colaboración entre Rusia y la Unión Europea en materia de lucha antiterrorista que cobra fuerza. "La cooperación con nuestros socios europeos continúa aumentando, más por la comprensión de que urge luchar contra el terrorismo que por el brote de la actividad terrorista en Europa", dijo.

 

Entre las naciones que colaboran el viceministro destacó a España, Francia e Italia y abogó por que se mantenga esa tendencia tanto a nivel de los departamentos de política exterior, como de las agencias de inteligencia.

 

"En cuanto al riesgo de nuevos atentados, independientemente de que se tenga o no información concreta que concierne a un país determinado, debemos seguir alertas y no dar a los terroristas la posibilidad de materializar sus planes siniestros", remarcó.

 

LAS DROGAS AL ACECHO

 

Otro de los grandes retos, según el viceministro, es la proliferación de las drogas y los intentos de algunos Estados de favorecer a algunos estupefacientes, en concreto el cannabis.

 

El 2 de diciembre pasado la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas, que integran 53 países, retiró a esta hierba de la lista IV de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961 en la que también se encuentra la heroína. La decisión fue tomada con el voto a favor de 27 Estados, 25 en contra y una abstención. Entre los que se rechazaron la medida se encontraba Rusia.

 

Si bien, la marihuana fue retirada de la lista IV, sigue en la lista I junto a la cocaína y el opio y otras drogas adictivas. "El cannabis permanece bajo control rígido porque sigue en la lista I de la Convención sobre Estupefacientes de 1961, junto con la cocaína y los opioides", dijo el diplomático.

 

El viceministro recalcó que su Gobierno seguirá comprometido con el control férreo de las drogas ya que el consumo recreativo de estupefacientes está fuera de ley según las normas internacionales. "Esta posición de principios consolida en torno a Rusia a las numerosas naciones que ven inaceptables los experimentos narcoliberales", apostilló.

 

Pese a las directivas contrarias de la ONU, naciones como Uruguay, Holanda o Canadá legalizaron el consumo del cannabis y Argentina va por el mismo camino, "un camino directo al infierno", como lo dijo el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una cita de la Comisión de drogas de la ONU en marzo de 2019.

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