El temporal de nieve ha provocado que algunas familias tuvieran que pasar varios días con los cadáveres de convivientes fallecidos durante la borrasca Filomena. La saturación del servicio de emergencias y la complicada situación en las carreteras hizo que fuera imposible certificar las muertes.
La borrasca Filomena ha paralizado la Comunidad de Madrid. La nieve ha impedido el normal funcionamiento de muchos servicios básicos de la región. Uno de ellos es el de las funerarias. La dificultad para circular ha provocado que ni vehículos fúnebres ni sanitarios pudieran acceder a algunos domicilios. Una situación que ha dejado escenas funestas.
Es el caso de una vecina de la localidad madrileña de Moraleja de Enmedio. La madrugada del domingo 10 de enero, su marido, de 73 años y paciente oncológico, murió por causas naturales. A esas horas, la población en la que residían se encontraba completamente aislada a causa de la nevada. Eso hizo que nadie pudiera llegar para certificar la defunción. "Llamaron hasta en 12 ocasiones", aseguran testigos a 20Minutos.
La única recomendación que le dieron fue que apagara la calefacción y abriese las ventanas para favorecer la conservación del cadáver. No fue hasta las 15:00 cuando el médico del centro de salud local pudo acercarse hasta la vivienda para certificar la muerte. Lo hizo nada más llegar su relevo al ambulatorio, ya que no podía quedarse vacío. En total, el cuerpo del hombre fallecido pasó 11 horas antes de ser retirado.
Todavía más tiempo tuvo que esperar el cadáver de Carmen, una vecina de Parla. La mujer, de 82 años, falleció el sábado 9 de enero a las 12:00. La razón fue un cáncer de páncreas terminal. Su hijo y nuera velaron su cuerpo durante 34 horas. Según relatan, llamaron hasta en diez ocasiones al Summa 112. Sin embargo, el servicio de emergencia no dio una solución hasta transcurridos casi dos días. El 10 de enero, a las 21:30, aparecería un facultativo para proceder al levantamiento del cadáver.
Entre las respuestas dadas por el Summa 112, los afectados recuerdan que les dijeron que "el coordinador había dicho que los muertos en domicilios ya no eran una urgencia". Tampoco aceptaron que sus familiares llevaran el cuerpo de la mujer al tanatorio, ya que "con el cambio de dirección de la defunción, era muy caótico". El hijo de Carmen también les trasladó la propuesta de la Policía Local: los agentes llevarían al domicilio a un médico localizado por la familia. Sin embargo, no hubo contestación por parte de los operadores del servicio de emergencias. "Cuando les propuse esa solución me colgaron", confiesa a El Mundo la nuera de Carmen.
El Summa 112 atendió un total de 8.900 llamadas durante el fin de semana. Filomena hizo que se primara por personas que sufrieron un ictus, una parada cardiorrespiratoria o se pusieron de parto en pleno temporal.
No obstante, a fecha de 11 de enero, la Empresa Municipal de Servicios Funerarios de Madrid ha comunicado que se está priorizando la retirada de fallecidos en domicilios. Eso sí, siempre que las condiciones de circulación sean óptimas. Para invertir más recursos en este menester, se han suspendido entierros e incineraciones hasta nuevo aviso.