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Un estricto protocolo sanitario dentro de la villa olímpica que se convertirá en una burbuja gigante en donde estará la “Familia olímpica” integrada por deportistas, entrenadores, directivos y periodistas e incluso la posibilidad de obligarlos a vacunarse, será parte de la estrategia que se plantea el Comité Olímpico Internacional con tal de no cancelar los Juegos Olímpicos para este año.
Luego de que la semana pasada fuera disipado el rumor de una nueva cancelación de las olimpiadas por parte del presidente del COI, Thomas Bach; se ha desprendido diferente información sobre cómo será la organización del evento.
Una de las teorías señala que apoyándose de la estrategia que han aplicado en Estados Unidos con la NBA y la MLS, o lo que por ahora hacen en el Abierto de Australia y el Mundial de Balonmano en Egipto, la mejor opción sería crear una burbuja para aislar a la llamada familia Olímpica.
Dentro de este cerco, no podría haber interacción entre los propios deportistas para evitar una propagación, además de que cada inquilino deberá someterse a un riguroso reglamento con tal de mantener a salvo a los propios competidores y a la población de Tokio, en Japón.
Varias zonas de Japón, incluida su capital, están en estado de alarma debido al número de casos de coronavirus, e incluso, según reportó el medio Kydo News tras hacer una encuesta, el 80% de los japoneses desean que los Juegos Olímpicos se vuelvan a suspender como ocurrió en 2020.
Uno de los temas más delicados que analizan los organizadores es sobre la concientización de los que vayan a acudir a los Olímpicos para aplicarse la vacuna, además de homologar el proceso de vacunación que es diferente en cada país.
“Estamos trabajando para concienciar a todos aquellos que acudan a los Juegos que se tendrían que vacunar. Pero hay que resolver un problema previo y es la posibilidad de que no todos lo puedan hacer porque la manera en que se está desarrollando la vacunación varía de un país a otro, depende de las homologaciones de cada vacuna en cada país y de un montón de factores”, le dijo Pere Miró, el director general adjunto del COI, en entrevista a El País.
También se refirió al análisis que hacen sobre la posibilidad de obligar a la familia olímpica a aplicarse la vacuna, y en dado caso de no poder hacerlo, encontrar una solución para aumentar la protección ante un posible contagio.
“Nos preguntamos hasta qué punto podemos obligar a que los deportistas y los miembros de la familia olímpica se vacunen, hasta qué punto jurídicamente, e incluso éticamente, es posible. Y si no, cuáles son las precauciones que se deberán tomar”, añadió.
Será en las próximas semanas cuando las dudas del COI se vayan disipando y puedan estar más cerca de definir el protocolo de sanidad, además de confirmar con contundencia la realización de los Juegos.
