Inició la campaña de vacunación contra COVID-19 para adultos mayores y lo hizo precisamente de la manera en la que no debía hacerlo: rústica y arcaica.
Luego de la faramalla del Gobierno Federal para que los adultos mayores se inscribieran en una plataforma deficiente de internet y supuestamente tener control en la vacunación, la inoculación terminó siendo a la antigua y con muchas deficiencias.