Este martes, Fernando Manzanilla Prieto, ex secretario de Gobernación y diputado federal del PES, publicó un tuit en el que escribía “la economía familiar es prioritaria”. El mensaje luce como el de un estadista preocupado por el desarrollo de los mexicanos.
Pero la realidad le muestra lejos de esa imagen, pues la presunta defraudación que habría causado a campesinos en el pasado le alcanzó.
Manzanilla Prieto, el diputado que protege la “economía familiar”, habría participado en una defraudación cometida contra la Sagarpa en un proyecto de 400 millones de pesos y cuyo abandono dejó a decenas de trabajadores sin pago en el ejido Los Divorciados de Bacalar, Quintana Roo.
El exsecretario de Gobernación se asoció en 2011 con Jim Walsh, dueño de “Hawaiian Vintage Chocolate and Intentional Chocolate”, para desarrollar un proyecto denominado Maya Biosana y que prometía desarrollar a México como el mayor productor de cacao orgánico.
De acuerdo con la información de la Secretaria de Agricultura Ganadería y Pesca, entonces Sagarpa hoy Sader, el proyecto tendría una inversión total de 400 millones de pesos y una aportación directa de 100 millones por parte de la dependencia federal.
Los diarios locales que cubrieron la presentación del proyecto en Quintana Roo, citaron a Fernando Manzanilla como el socio de Jim Walsh, un importante chocolatero.
El proyecto fue anunciado en 2011 con bombo y platillo y consideraba que, para 2017, las ganancias de los agricultores pasarían de 80 pesos a 200 pesos diarios. Mas la proyección no se cumplió y ni siquiera persistieron las plantaciones de cacao.
Fernando Manzanilla había pasado desapercibido en este proyecto, hasta que en 2015 el exsecretario de Gobierno fue evidenciado en Twitter. Un usuario de nombre Fernando Aréchiga le señaló primero irregularidades en Quintana Roo, y Manzanilla lo desdeñó hasta que este le señaló el adeudo a trabajadores:
- Investiguen el “mega proyecto” Maya Biosana en Quintana Rooo, encontrarán muchas sorpresas- le escribe Aréchiga a Manzanilla
- Por si no estás enterado, el proyecto de Quintana Roo sigue de manera normal. Saludos- le responde un seguro Manzanilla.
Es entonces cuando Fernando Aréchiga le contesta con datos más privados:
- ¿Y a toda la gente que le debe dinero la empresa que tienes a nombre de tu hermano Enrique no le piensas pagar?
- Creo que estás un poco confundido, no tengo ninguna empresa con mi hermano y el proyecto de Quintana Roo avanza bien.
Pero la conversación toma otro rumbo cuando Aréchiga le reta “¿Quieres que te diga nombres?”, y entonces la postura del hoy diputado federal cambia, ya no niega el adeudo ni su relación con el proyecto:
- Si hay alguna deuda con el proyecto, con gusto lo veo. Pero me asombra que no me hayas contactado antes- le responde Manzanilla a Aréchiga.
- Nunca me contestas. Tu hermano Enrique también está consciente del adeudo pero tampoco nunca contesta (sic).
El usuario de Twitter remata la comunicación con el exsecretario revelando que le debe a él: “el adeudo que tienes conmigo es por los ‘caninos’ (caminos) de Maya Biosana (…) espero que se me pague el dinero que se me debe”.
Manzanilla presumía en 2015 que el proyecto iba bien, pero nada más falso. En octubre de 2016, Sagarpa reconoció que este proyecto no solo era inviable, sino un auténtico fracaso, debido a que la entidad ni siquiera tenía los suelos propicios para la instalación de esta industria de cacao orgánico.
A pesar de haber destinado 400 millones de pesos, 100 millones provenientes de Sagarpa, las plantaciones de cacao fueron sustituidas por piña.
El delegado de la Secretaría, César Armando Rosales Cancino, comentó en 2016 que hacía más de tres años, es decir 2013, que el proyecto prácticamente estaba abandonado y sin posibilidades de crecer y la empresa (de Manzanilla y Walsh) reconvirtió las tierras para la siembra de piña y otros cultivos.
El Proyecto Maya Biosana incluía la plantación de un millón de árboles de cacao orgánico y una inversión de 100 millones de pesos La promesa para recibir tamaño apoyo era hacer de México el mayor productor de cacao orgánico en el continente americano.
“En el tema del cacao, cuando nosotros llegamos como autoridades no había un proyecto como tal y ahora en esa región están llevando a cabo la siembra de piña y hay que ser claros y precisos, en el tema de la producción del cacao yo me atrevería a decir que a lo mejor las condiciones no nos favorecen”, dijo al reportero Edgardo Rodríguez de la agencia SIPSE.
El ambicioso proyecto fue financiado con recursos del Programa Trópico Húmedo y buscó convertir al ejido Los Divorciados en el primer productor de cacao orgánico del mundo, con una plantación total de cuatro millones de árboles. Pero resultó un total fracaso.
Actualmente, en las 500 hectáreas solo hay, cuando mucho, ocho plantas de cacao perdidas entre la vegetación del millón de árboles que debían plantarse y cuidarse para alcanzar las proyecciones de cosecha.
“Se habló de tantos beneficios para los habitantes de Los Divorciados, uno de ellos fue de que se instalaría una planta de chocolate; promesa que presumían frente a los habitantes de Manuel Ávila Camacho, La Pantera, Gustavo Díaz Ordaz y otros, pero ahora solamente se limitan a decir, que les vieron la cara, porque todo fue una vacilada”, reportó en 2014 Luis Enrique Tuz, del periódico Por Esto de Quintana Roo.
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El exregidor Carlos Ibáñez denunció ayer ante la Fiscalía del Estado a Eduardo Rivera Pérez por supuesto daño al erario público.
Le acompañaba Pedro Gutiérrez, este último perdió su regiduría en las negociaciones que sostuvieron Genoveva y Rivera.
En realidad, ambos políticos no eran perfiles de Genoveva Huerta, sino de Fernando Manzanilla.
Molesto con la designación de Lalo, Fernando contraatacó con esta denuncia.
Pero tal determinación fue un error.
Sobre todo, a la luz de quien hoy esto publica.
Y el proyecto chocolatero que contó con millones de pesos en recursos federales ¿no debería también ser denunciado?
Claro, se ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.