
Las autoridades estadounidenses han capturado a más de 171,000 migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México el pasado marzo, según datos preliminares obtenidos por Reuters. Este es el total mensual más alto en más de dos décadas.
El número de arrestos realizados en marzo en el cruce fronterizo entre las dos naciones es el más alto desde abril de 2000. En aquella ocasión, los agentes de la seguridad fronteriza detuvieron a más de 180,000 migrantes.
Según el informe consultado por la agencia, entre los detenidos hay un total de aproximadamente 99,000 adultos viajando solos, 53,000 personas que intentaban hacer el cruce con sus familiares y alrededor de 19,000 niños y niñas no acompañados.
Al contrario de los adultos, los migrantes menores de edad están exentos de ser expulsados bajo el llamado Título 42. Esta orden del Código de Estados Unidos prevé la expulsión por parte del Gobierno estadounidense de personas que han estado recientemente en un país en donde se han registrado numerosos casos de alguna enfermedad contagiosa.
Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, la Administración Trump usó esta disposición para bloquear la entrada de muchos migrantes al país, algo que en gran medida se mantiene en la nueva Administración.
El sistema de refugios para niños migrantes se encuentra colapsado, lo que ha forzado a los funcionarios estadounidenses a abrir refugios de emergencia las últimas semanas, incluidos unos en centros de convenciones en Dallas y San Diego.
Las cifras de marzo, según Reuters, presentan un aumento del 178% en el número de familias migrantes atrapadas en la frontera en comparación con los números del mes anterior.
En consonancia con las tendencias de los últimos años, los migrantes centroamericanos y mexicanos constituyen la mayor parte de las llegadas ilegales a EU en los últimos meses.