Secuestran y meten en ataúd a un hombre en un insólito complot

Para la cumplir la última voluntad de un fallecido, de tener un entierro tradicional, su familia secuestró a un hombre con discapacidad intelectual, lo embriagó y depositó dentro de un ataúd para que muriera y tomara el lugar del otro, eludiendo así una norma gubernamental china que prohíbe los entierros tradicionales.

Los hechos acaecieron en la prefectura de Shanwei, provincia de Cantón, en 2017, donde una familia de apellido Huang, para cumplir la última voluntad de su familiar de no ser cremado tras fallecer de cáncer, pagó 107,000 yuanes (unos 16,300 dólares) para que un hombre les consiga otro cadáver que pudieran cremar.

Antes de morir por cáncer, el hombre dispuso que su última voluntad era tener un entierro tradicional, en una ciudad en la que las incineraciones son obligatorias desde 2012.

El hombre contratado puso manos a la obra y consiguió su víctima identificada como Lin Shaoren, de 36 años, que padecía síndrome de Down. Fue el 1 de marzo de 2017 cuando Lin recogía basura cerca de su casa que el sujeto lo secuestró y emborrachó hasta que perdió el conocimiento.

Entonces introdujeron a la víctima en el ataúd y lo sellaron con clavos para que no pudiera salir y muriera, luego intercambiaron el féretro con el del otro difunto. El cuerpo de la víctima fue enviado a la cremación, mientras que los restos del hombre que falleció de cáncer fueron llevados en secreto a una parcela de la familia para un entierro tradicional.

Por su parte, la Policía local investigó durante varios años a Lin como desaparecido hasta que descubrieron que había sido asesinado. El homicida, de apellido Huang, fue capturado en 2019 y a finales de 2020, un tribunal chino ratificó una sentencia de muerte suspendida en su contra.

El resultado de la investigación fue dado a conocer en enero de este 2021; sin embargo, fue hace unos días que los medios chinos informaron de este homicidio. Las autoridades del país asiático abogan por la cremación para recuperar la tierra para otros usos, pues consideran que es una práctica más amigable con el ambiente.