Por qué podrían ser necesarias las vacunas de refuerzo contra COVID-19

Por qué podrían ser necesarias las vacunas de refuerzo contra COVID-19

Foto: Xinhua

Conforme avanza el proceso de vacunación a nivel mundial, expertos investigan la probabilidad de que las personas que ya recibieron la inmunización contra COVID-19 requieran de una dosis de refuerzo, para así asegurar la efectividad de la vacuna. Para ello, los investigadores se encuentran trabajando en cuestiones de inmunidad y cómo sobrellevar las variantes virales.

 

Kirsten Lyke, vacunóloga de la University of Maryland School of Medicine comenta sobre el desconocimiento por parte de la ciencia sobre si una aplicación de refuerzo sea necesaria. Sin embargo, se sabe que la inmunidad dura al menos seis meses y probablemente hasta más tiempo, según lo señalado por expertos en la materia. Kirsten comunicó para un artículo que en caso de una variante futura, las vacunas contra COVID-19 están desarrolladas de una forma flexible, la cual permite abordar y adaptar nuevas variantes.

 

En medio de la posibilidad de que la protección inmunológica contra el virus no sea de largo plazo, Lyke puntualiza que un factor determinante en la posible aplicación de una dosis de refuerzo está directamente relacionada con la respuesta inmunitaria del cuerpo. Esto quiere decir, durante cuánto tiempo el sistema inmune de una persona la protege de una enfermedad grave, en este caso COVID-19.

 

"Todo lo que se sabe en este momento sobre la inmunidad a largo plazo proviene de lo que han obtenido con las personas infectadas con el virus. Parece que la memoria inmune sigue en gran medida las reglas", agrega Ali Ellebedy, inmunólogo de la Washington University School of Medicine en St Louis.

 

Según Ellebedy, estudios han evidenciado que la mayoría de las personas quienes se contagiaron por COVID-19 sí desarrollan memoria inmune al virus y dicha memoria es crucial para la protección en caso de volver a estar expuesto a él. En este contexto, el objetivo de las vacunas es igualar o mejorar la inmunidad de un cuerpo después de haber desarrollado una protección contra el virus.

 

Después de que el virus se afianza al cuerpo, este comienza a liberar proteínas inmunes llamadas anticuerpos y células inmunes para combatir el virus. Los anticuerpos son los encargados de atacar al virus en sí, mientras las células inmunes eliminan a las células infectadas, para después ayudar al sistema inmunológico a formar una memoria del patógeno.

 

No obstante, ninguna de las vacunas aplicadas alrededor del mundo tiene más de un año de haberse administrado, por lo que resulta impreciso el conocimiento de su efectividad. Esta es la razón por la cual científicos se encuentran en seguimiento de las reacciones y resultados de cada una de ellas.

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