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Con la baja de contagios de COVID-19 que se ha dado en diversos estados de México se comienza a pensar en un regreso gradual a la normalidad, algo que resulta una buena noticia acompañada por un golpe a los bolsillos de los mexicanos.
Durante este año y medio de crisis sanitaria se ha promovido el evitar concentraciones públicas y se han buscado estrategias para trabajar y estudiar desde casa, lo que también ha rebajado algunos gastos de las familias mexicanas.
Aunque en el papel luce como algo menor, el gasto que se da todos los días en traslados a las escuelas o trabajos se convierte en una carga económica, algo que regresará con el retorno gradual a la normalidad.
Muchos mexicanos ya se habían acostumbrado a no apartar dinero para estos gastos, incluyendo las comidas en la escuela o en el trabajo, que también representa un monto monetario que tarde o temprano lastima la economía familiar.
Para aquellos que cuentan con vehículo propio, el gasto se verá reflejado en una mayor carga de gasolina, debido a que se comenzará a usar de manera más constante el automóvil para que se trasladen a escuela, trabajo u otros lugares.
En este tenor, impuestos y trámites como pago de control vehicular y verificación, regresarán a estados como Puebla, que en apoyo a sus habitantes suspendieron de manera momentánea estas cargas económicas para la sociedad.
Y aunque no es una actividad que sea esencial y mucho menos vital para la sociedad, el entretenimiento también será un gasto que regresará a las familias mexicanas.
La reapertura de complejos cinematográficos, balnearios y otros centros de esparcimiento provocará que muchos mexicanos busquen sacudirse la pandemia visitando estos sitios, dejando en ellos una buena cantidad de dinero.
De esta manera, los mexicanos deberán acostumbrarse rápidamente a estos gastos que se dejaron de hacer por la crisis sanitaria, aunque no se deben echar las campanas al vuelo, pues siempre estará presente una nueva ola de contagios que regrese a la sociedad a sus casas.
