AMLO, un maestro en desviar la atención

AMLO, un maestro en desviar la atención

Si usted en estos momentos está indignado porque el presidente Andrés Manuel López Obrador le dijo “clasemediero aspiracional”, déjeme decirle que ha caído en el juego del mandatario.

 

No se enoje, pero esa es la realidad, López Obrador ha manejado las emociones de muchos mexicanos a su favor, comenzando por las de aquellos que se han mostrado en contra de su mandato.

 

Para ser oposición también se necesita un poco de cerebro y unas clases de leer entre líneas, dejando de lado seguir como borregos las opiniones de tontitos que se las dan de conocedores en redes sociales, léase Chumel Torres.

 

Me explico.

 

En esta columna ha quedado claro que quien la escribe para nada es del grupo de “focas amaestradas” que aplauden todo al presidente, al contrario, me parece terrible su gobierno.

 

Sin embargo, hay que reconocerle que es un maestro en desviar la atención y desde que en la “mañanera” se atrevió a llamar a muchos mexicanos “clasemedieros” con aspiraciones y egoístas, generó un debate que no sirve más que para mostrar el coraje que se tiene contra el mandatario.

 

Y se rieron de los indignados en Palacio Nacional, pues quedó demostrado que muchos no entienden de estrategias políticas.

 

Luego de estos dichos de López, la agenda pública ya no hablaba de la Línea 12 del metro, de la campaña de vacunación que vino a la baja o de los malos resultados de MORENA en las elecciones.

 

Sí, además de “clasemedieros aspiracionales”, resultaron ser muy manipulables por el presidente.

 

Y lo mismo está sucediendo en estos momentos con la intención de López Obrador de aumentar el tiempo de las “mañaneras”, provocando que otra vez la atención se fuera a un tema estúpidamente banal.

 

Si López Obrador quiere que el concierto de aplausos de los “periodistas” que tienen acceso a la “mañanera” dure 5 horas, pues que dure 5 horas. Eso es lo de menos.

 

Y en lugar de arrancarnos las vestiduras por temas, perdonen la palabra, tremendamente estúpidos, no perdamos de vista las cosas que en verdad son trascendentes para México.

 

Pues de lo contrario, además de “clasemedieros aspiracionales”, seremos unos tontos útiles que no sabemos manejar nuestras emociones.