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“Amenazas, no balazos”, ese debería ser el nuevo eslogan del ocupante de Palacio Nacional, que ha emprendido una campaña amenazante contra aquellos que no quieren sucumbir ante sus caprichos.
Ejemplo claro es el Instituto Nacional Electoral (INE), que a regañadientes debe cumplir con uno de los caprichos del presidente López Obrador: la consulta para enjuiciar a expresidentes.
Además de francamente inútil, esta consulta será un total desperdicio de recursos para el INE, pese a que el mandatario diga que este organismo tiene dinero suficiente para llevarla a cabo.
Y esto va en contra de la llamada “austeridad republicana”, pues se estará gastando dinero público en una acción que al único que satisface es al mandatario y a sus miles de aplaudidores.
Seamos claros, amable lector, para enjuiciar a exfuncionarios no se necesita de una consulta ciudadana, se necesitan pantalones para tomar una decisión de gran magnitud, algo que no tendría que ser problema para el líder de la nación.
Pero esta consulta luce más como una manera de quitarse la responsabilidad que tiene, dejando todo en una sociedad que exige más acciones contundentes que consultas inútiles.
Ojo, amable lector, si no participa más del 40 % de la sociedad en esta consulta, entonces no tendrá ninguna validez, algo que seguramente sucederá, pues a pocos les interesa participar en este capricho de la Federación.
De esta manera, el INE estará desperdiciando dinero en algo que no servirá de nada, demostrando que las necedades salen muy caras.
Y es que resulta increíble que ahora el presidente critique al INE por no querer gastar recursos en esta consulta, cuando desde la Federación se ha dilapidado el dinero que ingreso de la rifa del avión presidencial y de lo obtenido por el inútil Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.
Los caprichos salen caros en cualquier lugar, más en un gobierno que prometió hacer un cambio sustancial.
