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México enfrenta una tercera ola de COVID-19 tras registrar incremento de contagios durante cuatro semanas consecutivas; el hecho se agudiza debido a las vacaciones de verano y la replicación exponencial de la cepa Delta, que infecta hasta siete u ocho personas, mientras que la original contagia entre dos y tres; los expertos afirman que para agosto esta variante será prevalente en 90 % de infectados.
Los registros sanitarios oficiales no son nada optimistas, pues 20 estados registran casos de la cepa Delta que se multiplica a una velocidad peligrosa. Tan solo en la Ciudad de México (CDMX) en mayo esta variante representaba 3.8 % de los casos; sin embargo, a principios de julio constituye 60% de los casos activos.
Al respecto, el doctor Gustavo Olaiz Fernández, coordinador general del Centro de Investigaciones en Políticas, Poblaciones y Salud (CIPPS), de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, que dialogó con el medio Infobae, estima que para agosto la cepa Delta predominará en México hasta en 90% de los casos activos.
Asimismo, Olaiz Fernández aseguró que las vacunas protegen contra la enfermedad grave y la hospitalización; sin embargo, no en todos los casos, ya que los virus desarrollan formas de superar la inmunidad. Aunque no considera que esta cepa constituya una amenaza al sistema hospitalario, como ocurrió en la segunda ola a finales del 2020.
Por su parte, Jorge Alcocer, secretario de Salud, dijo que 40 % de la población mayor ya está vacunada, por ello la Delta podría afectar más a los jóvenes de entre 20 y 39 años, quienes son los que más se han contagiado en las últimas semanas.
A pesar de que las personas están vacunadas, Gustavo Olaiz dijo que es probable contagiarse. Por ello, llamó a no relajar las medidas de prevención. “El virus no se va a ir, debemos reforzar el uso de cubrebocas, uso de gel o lavarnos las manos frecuentemente, mantener la sana distancia”, afirmó el médico con 28 años de experiencia en la Secretaría de Salud.
Por último, el experto dijo que algunos datos sugieren que los síntomas asociados con la infección de la variante Delta, como secreción nasal y dolor de garganta, pueden ser ligeramente diferentes a los de antes de la pandemia. Por ejemplo, la pérdida del sentido del olfato se ha detectado con menos frecuencia.
