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Birmania se está convirtiendo en un superpropagador de coronavirus y amenaza a otros países de la región, según el relator especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos en el país asiático, Tom Andrew.
"Birmania se está convirtiendo en un superpropagador de covid-19 con todas las variantes peligrosas: delta y otras formas de esta enfermedad", dijo en una entrevista con el periódico The Guardian.
Destacó que un tercio de la población mundial reside en los países vecinos, al indicar que la situación de covid-19 en Birmania puede afectar gravemente a esta región.
Anteriormente esta semana, Andrews urgió a impulsar un alto el fuego en Birmania, así como cesar la violencia contra los trabajadores sanitarios a la luz de una explosión de infecciones y muertes por el covid-19.
Según los datos del Ministerio de Salud birmano, solo en los últimos dos meses fallecieron por la enfermedad respiratoria más de 4,000 personas en el país, lo que es más que en todo el periodo anterior.
En total, Birmania registró hasta la fecha más de 284,000 contagios y más de 8,000 muertes.
El 1 de febrero pasado, pocas horas antes de constituirse el nuevo Parlamento de Birmania, los militares dieron un golpe de Estado, decretaron el estado de emergencia por un año y detuvieron a numerosos líderes políticos.
Los altos mandos del ejército, que habían gobernado Birmania durante décadas, justificaron el golpe por las denuncias de fraude masivo en las elecciones generales de noviembre pasado y con la negativa de las autoridades civiles de efectuar una investigación.
