.gif)
La variante delta de COVID-19 se propaga por varias provincias de China, incluida la capital, Beijing, desde que el último brote fue descubierto el 20 de julio; muchos de los infectados habían sido vacunados, informaron este jueves las autoridades del gigante asiático.
El último brote de COVID-19, registrado en Nanjing el 20 de julio, es el que más se ha propagado en el país desde que el patógeno fue detectado por primera vez en China a finales de 2019. Nueve empleados del aeropuerto de la antigua “capital del sur” resultaron contagiados, además, se han registrado otros 171 infectados en la provincia de Jiangsu, limítrofe con Shanghái, y en al menos otras cuatro provincias.
De acuerdo con las autoridades de Jiangsu, la mayoría de los infectados habían sido vacunados, lo cual ha preocupado, pues revela la pobre eficacia de las vacunas chinas contra la cepa delta. Además, el país ha registrado numerosos contagios a través de su frontera con Birmania.
Hasta el momento, China ha aplicado 1,600 millones de dosis de fabricación nacional; sin embargo, se desconoce cuántos habitantes están vacunados con el esquema completo. Las autoridades afirman que su objetivo es inmunizar al 65% de la población (1,400 millones de habitantes) antes de que termine el año.
Mientras tanto, Lu Jing, un alto cargo de los servicios epidemiológicos provinciales, informó que en Jiangsu se han confinado a cientos de miles de habitantes y en Nanjing se han cerrado cibercafés, gimnasios, cines, karaokes e incluso bibliotecas.
Asimismo, en las ciudad de Sichuan fueron reportados tres casos de COVID-19 de la cepa delta el jueves, y Beijing reportó dos; se trata de una pareja que viven en las afueras de la capital china que dieron positivo tras regresar de un punto turístico en el centro de China. Se trata de los primeros desde hace seis meses en la capital.
Al respecto, Pang Xinghuo, subdirector del centro de control de enfermedades de la ciudad, dijo a la prensa: “Actualmente son las vacaciones de verano, un periodo pico de turismo, viajes y reuniones. No debería haber holgura en la prevención y el control de la epidemia”.
