Indignación por brutal muerte de mujer pakistaní: fue golpeada y decapitada

Indignación por brutal muerte de mujer pakistaní: fue golpeada y decapitada

Foto: Pixabay

El feminicidio de Noor Mukadam, pakistaní de 27 años e hija de un diplomático, perpetrado la semana pasada, ha fijado la atención del país en la violencia contra las mujeres, ya que la joven intentó huir de su verdugo al saltar por una ventana; sin embargo, fue capturada, golpeada y decapitada en un barrio exclusivo de Islamabad. Un sujeto que conoció en su niñez fue acusado del asesinato.

 

Según medios locales, la policía detuvo a Zahir Jaffar, hijo de un empresario rico, por el asesinato de Mukadam. Los primeros informes indican que la asesinó porque rechazó su propuesta de matrimonio.

 

Tras el feminicidio y la brutalidad del mismo, así como el temor a que su estatus social pueda servir para liberarlo, muchas mujeres comenzaron a denunciar. Han organizado protestas y una vigilia con velas en recuerdo de la ahora fallecida; además promueven en las redes sociales el hastag #justicefornoor a fin de evitar que sus influencias y dinero puedan sacar al acusado del país.

 

Asimismo, en una petición que circula por internet el autor exige que el sistema judicial pakistaní “haga responsables a los autores de la violencia. Exigimos justicia. Exigimos rapidez. La exigimos para Noor. La exigimos para todas las mujeres”.

 

De acuerdo con Infobae, la activista Tahira Abdullah afirma que el asesinato de Mukadam ha trascendido debido a la posición social de la occisa, ya que la mayoría de las víctimas de feminicidio son mujeres pobres o de clase media y sus muertes son tantas y comunes que rara vez son publicadas en los medios de información, y cuando son difundidas, tienden a ser ignoradas.

 

Al respecto, dijo: “Le podría dar una lista más larga que mi brazo, solo en una semana”, de ataques a mujeres. “La epidemia de delitos y violencia sexual contra las mujeres de Pakistán es una epidemia silenciosa. Nadie la ve. Nadie habla de ella”.

 

Ejemplo de ello fue que el Parlamento paquistaní no aprobó este mes un proyecto de ley para proteger a las mujeres de la violencia en sus casas, incluidas agresiones de los maridos. Sino que decidió pedir al consejo de la ideología islámica su opinión sobre la propuesta; dicho consejo afirma que los maridos podían pegarles a sus esposas.

 

Aunado a ello, un informe de Human Rights Watch (HRW) difundido este año revela que las llamadas a emergencias respecto a violencia de género aumento del 200% entre enero y marzo en relación a 2020. Y las cifras incrementaron después de marzo, cuando comenzaron los confinamientos por el COVID-19.

 

El informe de HRW refiere: “Las autoridades no han ofrecido adecuada protección ni rendición de cuentas por los abusos contra las mujeres y niñas, incluidas las matanzas ‘por cuestiones de honor’ y los matrimonios forzados”. En este sentido, las organizaciones de derechos humanos han criticado al primer ministro paquistaní Imran Khan, afirmando que rinde pleitesía a la derecha religiosa y justifica las agresiones a las mujeres.

 

Los casos de violencia de género aumentan por todo el país y la justicia no hace nada. En septiembre del año pasado, un alto oficial de la policía culpó a una mujer por salir sin su esposo, ya que eso derivó en que fuera violada por un grupo de hombres delante de sus dos hijos.

 

Zarqa Khan, una estudiante que asistió a una vigilia con velas por Mukadam, lamentó que la religión impere en gran parte de la vida en Pakistán, pues a causa de ello teme caminar sola por las calles. “Ya no me siento segura en la calle”, dijo Khan. “Y ese no debería ser el escenario”, afirmó.

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