.gif)
Un hombre perdió a sus padres y su hermano en tan solo una semana. Todos ellos, presos de la desinformación y la propaganda antivacunas, se negaron a inmunizarse.
Basil Goncalves, de 73 años, así como su esposa Charmagne y su hijo Shaul, comenzaron a sentirse mal el 10 de julio, luego de una cena familiar, cuenta a Independent el vecino de Cardiff Francis Golncalves. Sin embargo, ninguno de los miembros de la familia —que residía en Portugal— estaba inoculado, por lo que todos estaban muertos dos semanas después de la aparición de los síntomas.
El hombre cuenta que si bien sus padres sufrían de ciertas enfermedades crónicas, su hermano menor era "la persona más saludable que conocía". Shaul, de 40 años, era un gran aficionado al deporte, salía a caminar, llevaba una dieta vegetariana y no había bebido en 15 años.
Goncalvez opina que es la propaganda antivacunas, que "se aprovecha de quienes tienen miedo y caen en la trampa", lo que llevó a la muerte de sus familiares.
"El mensaje que quiero transmitir es ¿por qué el Gobierno querría lastimarte dándote una vacuna? ¿Cuál es el propósito detrás de esto? He hablado con muchas personas que tienen miedo de la vacuna pero esto cuesta vidas", expresa el hombre.
Añade que su familia fue enterrada en un cementerio para las víctimas del COVID-19 en Lisboa.
"Me dijeron que nunca habían traído tres cuerpos de la misma familia", confiesa Goncalvez. Añade que no le permitieron enterrar a sus seres queridos en otro cementerio. "Fue terrible", revela.
