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Amable lector, yo sinceramente no entiendo ese festejo desbordado de los diputados del Congreso de la Unión por el desafuero de los impresentables Saúl Huerta y Mauricio Toledo.
Menos entiendo que legisladores de poca monta como Ignacio Mier tomen esto como una victoria de la actual legislatura.
Esa, sin duda, es la malentendida “justicia” en el país del no pasa nada por parte de una panda de alcahuetes llamados diputados.
Más de 100 días se tardaron para quitar el fuero a estos personajes. Ojo, si la presión social y la de los medios de comunicación no hubiese existido, los legisladores ya estarían en estos momentos disfrutando de su jugoso sueldo en alguna playa o destino en el extranjero.
Regresaron con mala cara y peor actitud a cumplir con algo que debió quedar listo desde hace tres meses, tiempo que fue suficiente para que tanto Huerta como Toledo se estén riendo del desafuero.
Triste, pero cierto. Amable lector, desde mi muy particular punto de vista y de verdad rogando que me callen mi gran boca, ni Saúl Huerta ni Mauricio Toledo pisarán la cárcel.
Ojalá y la justicia fuera igual de rápida para procesar a estos dos legisladores, como lo es para refundir en la cárcel a una persona que por necesidad se robó dos pollos del mercado.
No, en el México “cuatritransformado” siguen existiendo las clases y hasta los delincuentes reciben trato diferente dependiendo de su facha.
Yo lo lamento mucho por esos jóvenes que fueron presuntamente abusados por Huerta Corona, igual lo lamento por esos ciudadanos que sufrieron la indolencia de Toledo en la CDMX.
Y lo lamento más por México, país donde se tiene que celebrar que “a lo mejor” se hace justicia contra un par de políticos.
¿Quiere más malas noticias? Pues todo parece que el bien conocido “góber precioso” y su compinche Kamel podrían evadir la cárcel por una de las tantas artimañas que se dan en el sistema judicial mexicano.
Pobre de nuestro país, tan lejos de la justicia y tan cerca de la Cuarta Transformación.
