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De acuerdo con Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), en Norteamérica el 3 por ciento de los adultos tienden a ser inmunideprimidos. Y aunque sea un porcentaje bajo, la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), autorizó la aplicación de una tercera dosis de la vacuna contra COVID-19 de Pfizerr-BioNTech y Moderna a personas inmunodeprimidas. Esto por medio de un comunicado de prensa difundido el 12 de agosto en el sitio oficial de la FDA.
En el documento, la FDA señala que el Comité Asesor de Prácticas de Inmunización de los CDCs se reunirá para discutir más recomendaciones clínicas con respecto a las personas inmunodeprimidas. Por su parte, Janet Woodcock, comisionada interina de la FDA, mencionó en el comunicado: "El país ha entrado en otra ola de la pandemia de COVID-19. La FDA es especialmente consciente de que las personas inmunodeprimidas corren un riesgo particular de contraer una enfermedad grave".
Para llegar a la conclusión de la necesidad de la aplicación de una tercera dosis en personas inmunideprimidas, la FDA analizó información acerca de personas que se han sometido algún transplante de órgano, lo cual reveló la poca reacción de su sistema inmunitario para combatir infecciones y otras enfermedades, en especial el COVID-19. Asimismo, el organismo aseveró que los familiares o personas cercanas a quienes padecen de esta condición, deberán de aplicarse una tercera dosis para evitar infecciones.
Un estudio publicado en la revista médica New England Journal of Medicine reafirmó la decisión de la FDA para permitir una tercera dosis, pues la investigación mostró que al contar con una dosis adicional de la vacuna de Moderna, pacientes que tuvieron trasplantes de órganos, experimentaron una elevación de sus niveles de anticuerpos. Acerca de otros casos, la agencia estadounidense afirmó que las personas totalmente inoculadas sin problemas de inmunización no requieren de aplicarse una tercera dosis.
