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La llegada al poder de los talibanes en Afganistán va mucho más allá de un tema político, es un asunto donde habrá daños irreversibles a la sociedad, sobre todo a grupos específicos de la población, comenzando por las mujeres.
Ser mujer en Afganistán en estos momentos es un completo e injusto martirio, pues las féminas han perdido todo valor como personas en este país ante la llegada de los talibanes, lo que hará de sus vidas un auténtico infierno.
La semana pasada representó el último momento en que las mujeres afganas podían estudiar y tener la libertad que toda persona merece. Este grupo de la sociedad fue evacuado de universidades y otras escuelas, pues ya no tendrán derecho a prepararse profesionalmente.
Aunado al martirio de tener que cubrirse completamente el rostro y el cuerpo, las mujeres afganas son amenazadas con recibir castigos físicos en caso de que no obedezcan las reglas de los talibanes, que incluyen no tener libertad y trabajo.
Entre los absurdos que se tendrán en el régimen talibán encontramos que las mujeres no podrán siquiera soltar una carcajada en público, es más, ni siquiera tendrán permitido escuchar la música que les agrade.
Por supuesto, queda totalmente prohibido que las mujeres tengan grupos de amigos, además de que no podrán vestir como gusten, algo increíble en los tiempos que vivimos.
En pocas palabras, las mujeres afganas han sido reducidas a nada por este régimen político extremadamente machista, situación que debe ser condenada en todo el mundo.
