
En el peor momento de la tercera ola de contagios en la pandemia de COVID-19, los estudiantes mexicanos regresarán a clases presenciales, lo que se traduce como un grave riesgo a la salud de niños y familias enteras.
Además de que no existe un plan adecuado de regreso a clases por parte de las autoridades federales, el Gobierno de México no ha tomado en cuenta otras opciones para evitar un brote de COVID-19 entre los estudiantes del país.